Barack Obama despierta en el segundo debate electoral pero Mitt Romney aguanta el tipo

El presidente y candidato demócrata, Barack Obama (d), habla durante su segundo debate televisado con el candidato republicano, Mitt Romney, el martes 16 de octubre de 2012, en la Universidad Hofstra de Hempstead, Nueva York (EE UU).
El presidente y candidato demócrata, Barack Obama (d), habla durante su segundo debate televisado con el candidato republicano, Mitt Romney, el martes 16 de octubre de 2012, en la Universidad Hofstra de Hempstead, Nueva York (EE UU).
El presidente y candidato demócrata, Barack Obama (d), habla durante su segundo debate televisado con el candidato republicano, Mitt Romney, el martes 16 de octubre de 2012, en la Universidad Hofstra de Hempstead, Nueva York (EE UU).

El presidente de Estados Unidos y candidato demócrata a la reelección, Barack Obama, cumplió este miércoles su palabra y se mostró  firme y agresivo en el segundo debate televisado contra su rival republicano, Mitt Romney.

Después de su mediocre actuación en el primer debate, y cuando ambos están casi empatados en intención de voto, el presidente peleó con energía y regresó con argumentos contundentes y frases de efecto. En este segundo cara a cara, los candidatos compitieron por temas como la educación, el sistema financiero, Oriente Medio y la bajada de impuestos.

"Presidente, ¿ha mirado su pensión?, preguntaba Romney. "No, no es tan alta como la tuya", respondía Obama. Con frases como esta, la audiencia pudo asistir a un combate más agresivo entre los dos candidatos, lleno de ironía y con la guardia alta.

"Reconstruyamos América con el dinero que nos hemos estado gastando en guerras", afirmó Obama, tras enumerar una serie de propuestas concretas sobre educación, energías alternativas y la reactivación del sector de manufacturas.

Las primeras encuestas publicadas tras el debate dan a Obama por ganador. Según la CNN, el presidente ganó para el 46% de los ciudadanos, frente a un 39% favorable a Romney, que mantiene el tipo. La CBS publicó un sondeo en el que Obama ganaba para el 37% de los entrevistados, frente al 30% de Romney.

Dos visiones opuestas

Las posiciones de los candidatos estuvieron claras: mientras Obama destacaba los logros de su administración, esforzándose por desacreditar las "mentiras" de su oponente, el republicano se mostró como el hombre perfecto para dirigir la economía, al tiempo que describía a Obama como "un gran orador, cuyos argumentos no cuadran" con sus resultados políticos.

  • Empleo: El candidato republicano reiteró que creará millones de empleos, como viene haciéndolo durante la campaña, en la que ha prometido 12 millones de nuevos puestos. Aunque Romney debería explicar porqué al final del debate quiso desacreditar a Obama repitiendo que "el Gobierno no crea empleos".
    Obama enarbola a este respecto la bandera de los empleos nacionales, afirmando que quiere reactivar las industrias manufactureras e industriales para luchar con el fenómeno de la deslocalización de empresas que, a su juicio, siguen los "amigos de Romney".
  • Impuestos: Obama no dejó pasar esta ocasión sin hablar de política fiscal. Acusó a los republicanos de querer bajar impuestos a los más ricos y de no explicar cómo pretenden costear el recorte de impuestos que proponen para la clase media. "Mi plan es no subir impuestos para el 98% de los estadounidenses", aseguraba Obama. "Lo firmaría ahora mismo, pero los republicanos están muy preocupados por garantizar que ese 2% pague menos".
    A su vez, Romney destacó su experiencia financiera como el hombre que "sabe cuadrar los balances" y reiteró que no recortará -tampoco subirá-  los impuestos de los más ricos, mientras acusaba a la administración Obama por el incremento de la deuda estadounidense.
  • Seguridad y el ataque en Bengasi: Respondiendo la pregunta de uno de los ciudadanos, Romney aprovechó para criticar la actuación del gobierno respecto a uno de los asuntos más espinosos para el presidente, el ataque al consulado estadounidense en Bengasi (Libia), reiterando que fue un error de seguridad.
    Obama asumió la responsabilidad del ataque, en referencia a las recientes palabras de Hillary Clinton, que lo liberaban de la culpa, y aseguró que "perseguirá" a los autores.
  • Inmigración: Otro de los puntos de fricción fue la inmigración; Obama aprovechó para apelar a la legalización de los llamados dreamers (estudiantes de padres extranjeros nacidos en los EE UU) y atacó a su oponente, asegurando que él creó la controvertida Ley de Arizona. "Hay que mejorar el sistema legal respecto a la inmigración, (...) pero no podemos conceder permisos de conducción -que en EE UU son documentos de identificación- a todo aquel que viene de manera ilegal", fue la respuesta de Romney.
  • Igualdad y control de natalidad: Obama se mostró tajante en este punto, respondiendo a una ciudadana que él tiene "dos hijas" y no permitirá que tengan menos oportunidades que un hombre. A su vez, Romney se mostró más liberal de lo acostumbrado abogando por el libre acceso a las medidas de control de natalidad de "todas las americanas".

Casi igualados

Según sondeos publicados este martes por el sitio Gallup, antes del debate Obama tenía el apoyo del 48 % y Romney del 46% entre los votantes registrados. Entre los votantes probables, Romney obtenía el 49 % de los votos, frente al 47 % de Obama.

Los índices de aprobación de los candidatos han cambiado poco desde mayo, cuando fue elegido como candidato republicano.

Según Gallup, "los datos indican, en el mejor de los casos, un cambio mínimo en los índices de aprobación después del primer debate. La falta de cambios es notable particularmente para Obama, cuya actuación ha sido criticada ampliamente, y eso sugiere que hubo poco daño a su imagen entre los votantes".

"¿Cuál es su diferencia con Bush, Mr. Romney?"

El formato de este debate fue diferente al de los anteriores, ya que los candidatos tuvieron que responder las preguntas de 82 ciudadanos, algunos de ellos votantes indecisos. La primera fue de un joven preocupado por el desempleo al finalizar la carrera, cuya respuesta centró la primera parte del debate. Otras versaron sobre la economía, la igualdad de las mujeres y la política fiscal, ante las que tanto Obama como Romney respondieron enérgicamente.

Una de las preguntas que lanzaron el dardo más envenenado al candidato republicano fue la que le instaba a defender su diferencia con el último presidente republicano, George W. Bush.

"Tengo miedo de que, con ustedes en el gobierno, vuelvan ese tipo de políticas... ¿en qué se diferencia usted del Sr. Bush?", formuló la que se identificó como "votante indecisa".

Ante la pregunta, Romney quiso distanciarse de su antecesor asegurándose más liberal en su posición respecto a medidas de control de la natalidad. También destacó que Bush descuidó la evolución del déficit y a las pequeñas empresas.

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