El capitán podría haber evitado el naufragio del 'Costa Concordia', según los peritos del caso

  • Schettino supo de la fuga tres minutos después del impacto, pero no avisó.
  • Los peritos aseguran que habría podido acercarse a tierra y alejarse del peligro.
  • En el naufragio del crucero murieron 30 personas, entre ellas un español.
El capitán Francesco Schettino, a su salida del juicio que se celebra en Grosseto, Italia.
El capitán Francesco Schettino, a su salida del juicio que se celebra en Grosseto, Italia.
Maurizio Degl'/ EFE
El capitán Francesco Schettino, a su salida del juicio que se celebra en Grosseto, Italia.

El naufragio del crucero Costa Concordia el pasado 13 de enero tras colisionar contra un escollo cerca de la isla de Giglio, podría haberse evitado si el capitán Francesco Schettino, principal imputado por el accidente, hubiera actuado, según los peritos que han declarado en la audiencia de este martes.

Así se desprendió de la declaración realizada por el presidente del colegio de peritos, Giuseppe Cavo Dragone, que examinó la caja negra del buque, durante la instrucción del juicio que se celebra en el teatro Moderno di Grosseto (centro de Italia).

Tras las investigaciones pertinentes, Dragone explicó a la jueza instructora del caso, Valeria Montesarchio, que antes de la colisión con el escollo "había mucho espacio y tantísima agua, por lo que hubo tiempo para acercarse (a tierra) y alejarse del peligro".

No obstante, añadió que la maniobra después de la colisión fue totalmente casual porque la nave se encontraba fuera de control.

Asimismo, la pericia desveló que tres minutos después del impacto contra el peñasco, el capitán ya tenía constancia de la existencia de una fuga a bordo, "con una entrada tan grande que impedía entrar en la sala de máquinas".

En este sentido, los peritos apuntaron que Schettino debería de haber informado "inmediatamente" a la tripulación para que fueran ellos quienes velaran por la protección de los pasajeros.

Durante la segunda comparecencia de Schettino, los técnicos que deben responder a 50 preguntas formuladas por la juez instructora, mostraron todos los sistemas de recogida de datos de los que disponía la cabina del comando del Costa Concordia.

Los peritos también pusieron a disposición de la jueza instructora de Grosseto la grabación de una llamada telefónica establecida con la Capitanía del Puerto de Livorno en el que Schettino, 47 minutos después de la colisión, reconoció que el crucero estaba embarcando agua, pero que la situación estaba en calma, cuando en realidad el buque se estaba hundiendo.

En la siguiente llamada, Schettino aseveró: "Nos ponemos en manos de Dios".

La línea de la defensa consistió en afirmar que las dimensiones de la falla en el casco del buque eran tan grandes que las estancias se anegaron inmediatamente por lo que la unidad de crisis no tuvo tiempo de hacer nada, dijo el letrado, Marco de Luca.

El proceso comenzó el pasado 3 de marzo y se está celebrando en el Teatro Moderno de Grosseto (centro de Italia), convertido en un aula de un tribunal debido a la cantidad de personas, la mayoría pasajeros de ese crucero que han pedido asistir al juicio.

Desde que se produjo el impacto hasta las primeras tareas de desembarco de los 4.229 pasajeros y miembros de la tripulación pasaron varias horas y el barco se fue inclinando y al final perdieron la vida 30 personas, entre ellas un español y dos peruanos, y aún hay dos desaparecidos.

Los acusados por la tragedia

Además de Schettino, al que la fiscalía de Grosseto investiga bajo los cargos de homicidio, naufragio y abandono de la nave, están también imputados su segundo en el puente de mando, Ciro Ambrosio, y otros cuatro oficiales Andrea Bongiovanni, Roberto Bosio, Silvia Coronica y Salvatore Ursino.

También los fiscales investigan a tres dirigentes de Costa Cruceros: el vicepresidente ejecutivo de operaciones de la flota, Manfred Ursprunger, así como al jefe de la Unidad de Crisis, Roberto Ferrarini, y al superintendente de la flota de la nave, Paolo Parodi.

Schettino, se encuentra desde el 5 de julio en libertad, después de que la jueza Montesarchio decidiese sustituir el arresto domiciliar dictado por ella misma el 17 de enero por la obligación de permanecer sometiéndose a rutinarios controles en el municipio de su residencia, Meta di Sorrento (sur), pero se le ha concedido una autorización para acudir a estas audiencias.

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