Las claves del desastre del 'Prestige', once años después

  • El buque hundido en noviembre de 2002 frente a Galicia vertió 63.000 toneladas de fuel en el mar y causó daños que la Fiscalía cuantifica en 3.862 millones.
  • La ciudadanía se movilizó para frenar la marea negra y surgió la plataforma 'Nunca Máis' para reclamar justicia y mayor protección medioambiental.
  • Juzgan a los presuntos responsables del 'Prestige', diez años después.
Imagen de archivo de un voluntario recogiendo el fuel arrojado por el Prestige frente a la costa gallega.
Imagen de archivo de un voluntario recogiendo el fuel arrojado por el Prestige frente a la costa gallega.
EFE
Imagen de archivo de un voluntario recogiendo el fuel arrojado por el Prestige frente a la costa gallega.

Tras once años del desastre del Prestige, una de las mayores catástrofes medioambientales que ha vivido España, este miércoles se ha conocido la sentencia contra los principales acusados Nueve largos años se tardó en concluir un sumario complejo en el que se trató de dirimir las responsabilidades en la ruptura del buque que tiñó de fuel la costa gallega. En total hay cuatro personas imputadas, para las que se piden penas de entre 4 y 12 años de prisión: el griego Apostolos Manguras, capitán del barco; Ireneo Maloto, primer oficial; Nikolaos Argyropoulos, jefe de máquinas; y José Luis López-Sors, exdirector general de la Marina Mercante. Cuatro meses después de concluir el juicio y coincidiendo con el décimo primer aniversario del siniestro, se conoce, por fin, la sentencia.

¿Qué era el Prestige?

Un buque monocasco fabricado en Japón, que transportaba 77.000 toneladas de fuel (un combustible pesado, usado para las calderas, altamente contaminante) desde San Petersburgo (Rusia) a Gibraltar. En el momento de su hundimiento tenía 26 años de antigüedad y le quedaban apenas dos años y medio para ser retirado de la circulación ya que la normativa europea obliga a los barcos a navegar por aguas comunitarias con doble casco. No pasaba ningún control desde el año 1999.

El petrolero tenía bandera de las Bahamas, pero su dueño era liberiano (Mare Shipping), su armador era griego (Universe Maritime), disponía de un certificado estadounidense para navegar (ABS), lo había fletado una sociedad suiza (Crown Ressources), estaba asegurado por una mutua británica (The London Steamship Owners) y navegaba bajo el mando de un capitán griego (Apostolos Mangouras).

¿Qué ocurrió?

El 13 de noviembre de 2002, durante un fuerte temporal frente a la Costa da Morte, el buque sufrió una vía de agua y comenzó a soltar fuel. Francisco Álvarez Cascos, entonces ministro de Fomento bajo el gobierno de José María Aznar, ordena que el buque se envíe "al quinto pino" y se adentre en el mar lo más posible.

Tras seis días de rumbo errático —en esos días recorre 243 millas (437 kilómetros), primero hacia el norte y después es remolcado hasta el sur— el buque se parte por la mitad el 19 de noviembre, a 250 kilómetros de la costa gallega. La corriente de Navidad pilla de lleno al petrolero, esparciendo su vertido por toda la costa desde la desembocadura del Miño hasta la costa suroeste francesa. El desastre medioambiental adquiere proporciones gigantescas.

¿Cuáles fueron las consecuencias del desastre?

Cerca de 63.000 toneladas de fuel quedaron desparramados por la costa. El 'chapapote' inundó playas paradisíacas y obligó a prohibir la pesca durante meses en casi 1.000 kilómetros de litoral. Las Cámaras de Comercio cifran las pérdidas en 1.400 millones de euros. Durante los nueve primeros meses posteriores al desastre se recogen más de 23.000 aves llenas de petróleo (17.000 de ellas muertas), según un informe de la organización SEO/BidLife. Un informe pericial de la Fiscalía cuantifica en 3.862,42 millones el impacto ambiental y económico en el Estado español.

La actuación del Gobierno y la falta de información clara sobre el suceso indignan a la población y originan el movimiento ciudadano Nunca Máis , que exige dirimir responsabilidades y actuar para evitar más catástrofes. Una corriente de voluntarios llegados de toda España se movilizan junto a los pescadores de la zona, sin apenas medios, para limpiar el fuel que tiñe el litoral. En poblaciones como Muxía, en pleno centro de la catástrofe, se calcula que más de 120.000 personas colaboraron en las tareas de limpieza durante los meses en los que se trabajó contra el 'chapapote'.

Los pescadores que participaron en la limpieza del vertido siguieron sufriendo problemas respiratorios cinco años después del accidente, según un estudio que se realizó por el grupo SEPAR-Prestige,  liderado por el investigador del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), Jan-Paul Zock. También un grupo de investigadores de la Universidad de A Coruña ha expuesto a un grupo de roedores a un fuel similar al del Prestige y han descubierto que la exposición al combustible por inhalación causa daños en el material genético a corto plazo y explican que estos resultados podrían extrapolarse a las miles de personas que participaron en las labores de limpieza de las costas.

Los principales protagonistas

  • José María Aznar era el presidente del Gobierno en el momento en el que el Prestige se hundió a 3.600 metros de profundidad. Delegó la coordinación de la crisis en su vicepresidente primero, Mariano Rajoy.

  • Mariano Rajoy se encargó de informar del desarrollo de los acontecimientos, aunque tardó en reconocer la gravedad del accidente. En un principio habló de que el buque, ya hundido, vertía "unos pequeños hilitos" como "de plastilina". Días después tuvo que reconocer que el buque expulsaba 125 toneladas de fuel al día. También tuvo que desmentir Rajoy la información de la Delegación del Gobierno de que se habían establecido 18.000 metros de barreras anticontaminación alrededor del barco hundido, cuando en realidad solo había 9.000.

  • Francisco Álvarez Cascos era el ministro de Fomento durante esa época y el que ordenó alejar el barco de la costa, a pesar de que los estudios realizados sobre buques en condiciones similares recomendaban llevarlo a puerto, acotarlo e intentar frenar los daños.  Fue duramente criticado porque se fue de caza durante los días siguientes al accidente, cuando ya era evidente que el buque estaba perdiendo fuel.
  • Jaume Matas era el ministro de Medio Ambiente, pero también tardó en asumir la magnitud de la catástrofe, pues pasó el fin de semana posterior al accidente en el parque nacional de Doñana junto al ministro del Interior, Ángel Acebes, y la ministra de Sanidad, Ana Pastor.
  • Federico Trillo, ministro de Defensa, confesó días después del hundimiento que habían barajado opciones muy extremas para librarse del buque: "Pensamos en bombardear el Prestige para hundirlo o hacer arder el fuel".
  • Apostolos Mangouras, de 77 años, era el capitán griego del buque. Permaneció en el petrolero hasta que fue evacuado, dos días después de que emitiera el SOS. Fue detenido por la Guardia Civil, acusado de dificultar las labores de rescate y de haber provocado un desastre ecológico. Después de dos meses en prisión, fue liberado al pagar una fianza de 3 millones de euros. La Fiscalía pide 12 años de prisión para él.

  • Ireneo Maloto, primer oficial del buque, de nacionalidad filipina, actualmente está en paradero desconocido. La Fiscalía pide 12 años de cárcel para él por un atentado contra el medio ambiente, daños y desobediencia.
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