El Reino Unido pagará a los presos extranjeros para que vuelvan a sus países

  • Hay  79.819 reclusos y sólo quedan 234 plazas.
  • Les darán  entre 500 y 2.500 libras (750 a 3.750 euros).
  • El ministro de interior dice que sale más baratos que mantenerlos en las cárceles británicas. 

Las autoridades británicas han encontrado la fórmula para resolver el problema de hacinamiento en las cárceles: pagar a los presos extranjeros para que vuelvan a sus países.

No quedan plazas 

Así lo anunció este lunes el ministro del Interior, John Reid, tras conocerse que la población carcelaria de Inglaterra y Gales ha alcanzado la cifra récord de 79.819 reclusos y sólo quedan en este momento 234 plazas para nuevos delincuentes.

Saldrá más barato que seguir manteniéndolos en la cárcel en este país
El razonamiento del Gobierno es sencillo: sin presos extranjeros, habrá
más espacio para los reclusos patrios y, además, "saldrá más barato que seguir manteniéndolos en la cárcel en este país".

Así, se ofrecerán incentivos económicos que oscilan entre las 500 y las 2.500 libras (750 a 3.750 euros) a los reclusos no británicos que acepten ser repatriados, aunque no se les dará el dinero en mano, sino que se les ayudaría a costear su educación, su formación, el alojamiento o el lanzamiento de algún negocio.

Los extranjeros que se ofrezcan voluntarios para llevar a cabo el resto de sus condenas en sus países de origen o que están próximos a cumplirlas aquí podrían optar a esas ayudas, según el Gobierno.

La oposición lo critica

Los planes del Gobierno laborista no han gustado a la oposición conservadora, pero no precisamente por un motivo ético.

"Por definición, (los delincuentes) no son gente de la que pueda esperarse honradez. ¿Cómo vamos a impedir que esos individuos regresen aquí tras aprovecharse del contribuyente?", se preguntó el responsable conservador del Interior, David Davis.

¿Cómo vamos a impedir que esos individuos regresen aquí tras aprovecharse del contribuyente?
Otra de las medidas anunciadas por el ministro del interior es la opción de trasladar a los delincuentes menos peligrosos a
cárceles abiertas, donde hay más espacio aun a riesgo de que algunos pudieran escapar.

Reid no excluyó tampoco la posibilidad de soltar eventualmente a a algunos reclusos antes de que terminen de purgar sus penas aunque señaló que sería "un último recurso".

Medidas ¿desesperadas?

La directora de la fundación para la reforma de las cárceles, Julit Lyon, calificó los planes del Gobierno de "batiburrillo de medidas desesperadas que todo lo más permitirán un respiro de sólo un par de semanas".

"Nuestras atestadas cárceles se han convertido basureros sociales adonde se arrojan a adictos, enfermos mentales, personas sin techo y a las más vulnerables como mujeres y niños", denunció Lyon.

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