¿Está la imagen de la Policía en entredicho tras el 25-S?

  • Cargas supuestamente arbitrarias, identificaciones no visibles o excesos en detenciones ponen de nuevo sobre la mesa la actuación de algunos agentes.
  • La Policía es una de las instituciones mejor valoradas históricamente en el CIS.
  • Los sindicatos creen que el debate se desvía injustamente y que no se habla, por ejemplo, de actuaciones como las de las inundaciones en Málaga y Murcia.
  • El 15-M opina que los antidisturbios no actúan con proporcionalidad; los periodistas hacen autocrítica; la Policía intenta desde febrero mejorar su imagen.
Antidisturbios en la Puerta del Sol de Madrid en una imagen de archivo.
Antidisturbios en la Puerta del Sol de Madrid en una imagen de archivo.
Zipi / EFE
Antidisturbios en la Puerta del Sol de Madrid en una imagen de archivo.

"La Policía está cumpliendo ejemplarmente la ley y lo que dice la Constitución". Fue el respaldo oficial y en público que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ofreció al Cuerpo en vísperas del Día de la Policía. El último año y medio no ha sido fácil: el 15-M, las protestas de estudiantes en Valencia, el 25-S, las cargas, las detenciones, etc. No obstante, según las fuentes consultadas, la imagen de la institución no ha sufrido daños permanentes.   

El dato objetivo lo aporta el Centro de Investigaciones Sociológicas. El barómetro de mayo de 2012 concluía que el 49,4% de los españoles tienen "bastante" confianza en el personal de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, porcentaje solo superado dentro del sector público por los médicos (49,8%) y los docentes de primaria y secundaria (55,6%). Los que gozan de "mucha" confianza (45,1%) son los bomberos, seguidos en este nivel, de nuevo, por los médicos (34,9%) y  por las fuerzas de seguridad (26,8%). Un año antes, la Policía Nacional, en concreto, contaba con "bastante" confianza (49,8%) de los encuestados.

"La Policía se ha ganado la buena imagen que tiene, pero hay cosas que mejorar", explica a 20minutos.es Diego Palacios, profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM. En su opinión, episodios concretos como los ocurridos el pasado 25 de septiembre no deterioran la percepción que la sociedad tiene en general de los agentes, sin embargo, su actuación "sí que afecta al Gobierno". La estructura del sistema del orden público en España, dice, viene marcada por la política y ambos han desarrollado una relación interesante y a la vez "problemática". A la Policía, cree, le falta "autonomía", "tiene poca fuerza institucional".

Aunque para el experto es una cuestión asentada, Serafín Giraldo, secretario de comunicación del sindicato policial UFP, sugiere que el 15 de mayo de 2011 —cuando se hizo visible el movimiento ciudadano— supuso un punto de inflexión y se empezó "a tratar de relacionar política y policía". Además, apunta, hoy existe una "intención del poder y de ciertos medios de comunicación de presentar a la policía como la verdadera culpable de la crisis". El Cuerpo, cree el portavoz, es "usado" por los políticos, "que se aprovechan del debate social". A esto hay que añadirle los "intereses" de un determinado "sector" de la población.

"Entre la espada y la pared"

"Estamos entre la espada y la pared", dice a 20minutos.es José Antonio Calleja, secretario nacional de comunicación del sindicato SPP, incidiendo en la misma idea. "Por un lado trabajamos para que se respeten los derechos fundamentales y por otro no dejamos de estar perjudicados, somos funcionarios".

El pasado martes, festividad de los santos Ángeles Custodios, patronos de la Policía, cientos de agentes mostraron su descontento en la calle mientras el ministro del Interior condecoraba a 300 de sus compañeros, incluidos los mandos que coordinaron la polémica actuación policial durante las protestas del 25-S; el próximo 17 de noviembre está prevista una gran manifestación de policías contra los recortes. "Debajo del uniforme somos personas", dicen los representantes de ambos sindicatos.

La labor de la Policía, en cualquier caso, no puede reducirse solo a la UIP, es decir, a los antidisturbios. "Ha habido mucha gente trabajando a destajo en la zona del Levante tras la desgracia de las inundaciones, pero de eso nadie habla", añade Calleja, "solo de situaciones en las que, entre comillas, somos los malos". ¿Se generaliza demasiado? La opinión de la gente sobre los cuerpos de seguridad varía, según una integrante de la comisión Legal de Sol del 15-M, porque "tu única interacción con la policía ha podido ser con un antidisturbios o con el municipal amable de tu barrio". En cualquier caso, dice, su experiencia personal pasa por lo primero y considera que la policía no está actuando "con proporcionalidad y adecuación".

"A lo largo del último año las protestas han conseguido poner sobre la mesa la brutalidad policial", apostilla; "Ya sucedía antes, pero circunscrito a determinados grupos" como, por ejemplo, "los okupas". Asegura que tras las protestas del 25S-29S su comisión recibió "más de 100 llamadas de personas que querían informarse sobre el protocolo de denuncia" a la policía por lesiones —algunas "de gravedad"— que sufrieron durante las cargas; "gente normal, de 50 años", explica. Para ella "el periodismo ciudadano" ha ayudado mucho a la visibilización de todo lo ocurrido. Algunos afectados ya han anunciado que sí acudirán a la justicia.

¿Pagan justos por pecadores?

Giraldo (UFP) se defiende asegurando que "parece que se está juzgando a la policía de un país" y que "ante las injurias solo cabe esperar a que el tiempo ponga a cada uno en su lugar". "La policía se solidariza con muchos movimientos, muchas veces nos quitaríamos el uniforme", dice, "pero no nos solidarizamos con quien hace degenerar una protesta". Calleja (SPP) tiene "asumidas" las críticas y cree que hay que enfrentarse a situaciones de este tipo para saber de qué estamos hablando. "Cuando se crea el caos en una protesta la intervención es complicada, es difícil discriminar, por no decir imposible", explica.


El jefe superior de Policía de Castilla y León reflexionó el martes sobre esto: "Tenemos que guardar siempre un equilibrio para discernir qué ciudadanos son los que ejercen su derecho (a salir a la calle)" y "los anti-cívicos", dijo. "No voy a negar que a veces pagan justos por pecadores", insiste Calleja, que cree que tampoco se habla de aquellos agentes de las brigadas de información —"a los que se llama infiltrados"— que salen mal parados intentando identificar a grupúsculos radicales que revientan las concentraciones. Uno de los que estaba en las protestas del 25-S en Madrid, de hecho, ha perdido un 30% de visión en un ojo.

¿Es este el debate que debería llegarle a la opinión pública? No, según Palacios, pero se acaba estancando "en si la policía lo hizo bien o no o en quién empezó; las opiniones están escritas, da igual lo que suceda". "Se olvidan las reivindicaciones de la gente", insiste Giraldo. "El día de la victoria del Atlético de Madrid en la Europa League solo salieron (en la prensa y la televisión) los altercados de después, pero ese día hubo 39 manifestaciones más", añade. Los medios de comunicación, según todas las personas consultadas, juegan un papel clave en esto.

Su responsabilidad —la opinión pública está "estructurada" por ellos— es grande, dice Palacios, pero "a veces se aprovecha" lo ocurrido incluso "para poder echarle la culpa al Gobierno, eso vende"; además, el público está "predispuesto a comprar la visión que se acerca más a la que corresponde con su lugar en el mundo”, añade. La presidenta de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), Elsa González, reconoce que "existen motivos para la crítica" porque a veces "nos saltamos la línea roja" con actuaciones "poco periodísticas", algo que califica de muy grave. Pero también indica que unas cargas policiales son hechos noticiosos y que los profesionales de la información "no tienen que ser neutrales, la neutralidad no tiene que ver con la imparcialidad", explica a 20minutos.es.

Asimismo, insta a no dejar fuera "a los que no tiene voz" y a contextualizar los hechos con rigor, algo que "solo redundará en la calidad". Coincide en que incidentes como los del 25-S no tienen por qué manchar el nombre de las fuerzas del orden, pero recuerda, por ejemplo, que la Federación lleva tiempo reivindicando que los agentes lleven visible su identificación. La Asociación de la Prensa de Madrid, por su parte, difundió el miércoles un comunicado en el que condena las agresiones policiales a periodistas y rechaza las restricciones al ejercicio de la profesión.

Un Cuerpo "en permanente autoevaluación"

Al ser preguntados por las críticas de unos y otros, fuentes policiales se limitan a decir a 20minutos.es que el Cuerpo está "en permanente autoevaluación” y que tienen en cuenta "todas las opiniones", recalcando que tratan de hacer su trabajo "de la mejor manera posible".

Algunos de los reproches llegan desde dentro: el portavoz del SUP, José Manuel Sánchez Fornet, pidió hace ya unos días que se depuraran responsabilidades por las cargas en la estación de Atocha y aseveró que en algunas ocasiones "se carga sin razón" aparente; la decisión concreta de cargar en una protesta, según confirman los sindicatos, es de los mandos, la Delegación del Gobierno, detallan, "solo marca el límite de tolerancia, nada más". Este miércoles se ha abierto una investigación interna sobre lo ocurrido.

Otras fuentes policiales distintas reconocieron hace semanas a este diario que la Policía puso en marcha una campaña para mejorar la imagen del Cuerpo tras las protestas estudiantiles en Valencia, que tuvieron lugar en febrero de este año, tras las que el jefe Superior de Policía de Valencia pidió el traslado al extranjero. 20minutos.es intentó entonces, sin éxito, que un representante de las UIP respondiera a varias preguntas sobre el protocolo de actuación de estas unidades.

Después de aquello, las notas de prensa sobre actuaciones de agentes se multiplicaron. Asimismo, se incrementó la actividad de difusión de la labor policial en redes sociales con el fin de acercarse aún más a la ciudadanía.

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