Tres meses de prisión y una multa para un hombre por matar a golpes a un perro

El Juzgado de lo Penal número dos de Oviedo ha condenado a un hombre por matar a golpes a una perra de raza mastín en Siero, en el verano de 2010. En concreto, la sentencia condena al acusado a tres meses de prisión y un año de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión , oficio o comercio que tengan relación con los animales, el pago de las costas del juicio y a que, en concepto de responsabilidad civil, indemnice a la propietaria de la perra con 800 euros.

El Juzgado de lo Penal número dos de Oviedo ha condenado a un hombre por matar a golpes a una perra de raza mastín en Siero, en el verano de 2010. En concreto, la sentencia condena al acusado a tres meses de prisión y un año de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión , oficio o comercio que tengan relación con los animales, el pago de las costas del juicio y a que, en concepto de responsabilidad civil, indemnice a la propietaria de la perra con 800 euros.

El Juez, que respalda la acusación formulada por la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo del Principado de Asturias, destaca la "acción despiadada" del acusado, "que sólo interrumpió cuando se vio descubierto" por la propietaria del animal. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso ante la Audiencia Provincial.

La sentencia considera probado que, en la madrugada del 28 al 29 de agosto de 2010, en Aveno (Siero), el acusado, L. Á. L., propinó múltiples y violentos golpes con un objeto largo y pesado a una perra de raza mastín español, que le originaron diversas heridas de gran intensidad, con aplastamiento de vértebras lumbares que le ocasionaron la parálisis del tercio posterior, así como hemorragias a nivel abdominal. Las graves lesiones que sufrió provocaron finalmente la muerte del animal.

La Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo acusó al imputado de un delito de maltrato animal. Según recoge la sentencia, L. Á. L. "golpeó con una barra metálica a la perra de manera reiterada por diversas partes del cuerpo e imprimiendo gran fuerza a los golpes, lo cual se deduce de la gravedad de las lesiones que apreció el veterinario". Esta "acción despiadada" sólo la interrumpió "cuando se vio descubierto" por la dueña de la mastín, por lo que "cabe deducir que el acusado quería dar muerte al animal".

"El martirio que supuso para la perra el verse sometida a esos reiterados y violentos golpes con la barra, seguido de la dolorosa agonía que tuvo que experimentar a causa de las graves lesiones infligidas hasta que murió, nos presentan un "modus operandi" revelador de una especial crueldad".

El Juzgado da plena credibilidad al testimonio de la propietaria de la perra, que describe como "preciso, detallado y plenamente convincente". Ésta explicó en la vista que, "sobre las tres y pico de la madrugada, se despertó al oír los alaridos de la perra y se asomó por la ventana, viendo al animal tumbado de lado, intentando levantarse, y a un sujeto portando un instrumento alargado, tipo palo, en la mano". Por tal motivo, apunta el fallo, "fue a por la linterna y enfocó a ese individuo, viendo perfectamente que se trataba del acusado".

A continuación, la mujer "bajó corriendo para avisar a su hermana, que dormía en otra habitación, y salió al exterior, donde se encontró a la perra malherida, que iba en dirección a unos pinos, arrastrándose y cayéndose de atrás". Debido a que la perra estaba muy agresiva por los dolores que tenía, esperaron al mediodía siguiente para recogerla con una manta y llevarla al veterinario. Falleció horas después.

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