La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitará penas de entre 16 y 96 años de prisión para ocho jóvenes acusados de llevar a cabo supuestamente diversos actos de violencia callejera en varias localidades de Guipúzcoa entre septiembre de 1999 y mayo de 2002.

En el juicio que comenzará en este tribunal a partir de hoy lunes, el fiscal Ignacio Gordillo pedirá 96 años de cárcel para Eñaut Garmendia, 80 para Aritz Sudupe, 64 para Ibon Aranalde y Jon Otegui, 48 para Josu Ozaita y Garikoitz Ibarlucea, 32 para Mikel Ozaita y 16 años para Goar Jiménez por delitos de estragos terroristas.

Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, los ocho jóvenes, puestos todos de acuerdo y compartiendo las finalidades de ETA, aunque sin integrarse en ella ni colaborar con la misma, participaron en actos de kale borroka "a fin de ayudar" a los objetivos de la banda terrorista.

Vandalismo desde 1999

La primera de las acciones que describe el representante del ministerio público se remonta al 26 de septiembre de 1999 cuando lanzaron artefactos incendiarios y apedrearon la vivienda de dos concejales del PSOE en Ibarra (Guipúzcoa).

Durante el año 2000, lanzaron cócteles molotov a la sede del "Diario Vasco" de Tolosa y a la estación de Renfe de esta localidad, así como al batzoki del PNV en Zizurkil, señala el fiscal.

En enero de 2001, añade el escrito, intentaron destruir la sede de la Tesorería de la Seguridad Social de Tolosa y en noviembre de ese mismo año causaron desperfectos en el vehículo de un trabajador de la Consejería vasca de Interior y en el de otras personas que estaban estacionados en la mima calle en Ibarra.

También figura el lanzamiento de artefactos incendiarios contra la oficina de correos de la localidad de Alegría y contra un autobús urbano en Tolosa, ambas acciones ocurridas en enero y mayo de 2002, respectivamente.

En todas estas acciones, los acusados se tapaban sus caras con pasamontañas y elementos similares para evitar ser reconocidos.

Para el fiscal, los hechos son constitutivos de ocho delitos de estragos terroristas con la agravante de haber ejecutado el ilícito mediante disfraz.