El secretario general de la FSA-PSOE, Javier Fernández, a su vez presidente del Principado de Asturias, ha reivindicado este viernes en Gijón que el PSOE debe ser garante de la territorialidad de España y ha asegurado que el descrédito de las autonomías tiene su epicentro en la red política y mediática de la dimisionaria Esperanza Aguirre, ex presidenta de la Comunidad de Madrid.

Así lo ha manifestado en la inauguración del 31 Congreso Regional de la FSA-PSOE que se celebra hasta este domingo en el recinto ferial 'Luis Adaro' en Gijón, en el que ha intervenido junto al secretario de Organización del PSOE, Óscar López, y de la FSA, Jesús Guitérrez. También ha intervenido el portavoz municipal socialista gijonés, Santiago Martínez Argüelles, en calidad de presidente del Congreso.

Fernández se ha mostrado a favor de avanzar hacia un estado federal, aunque ha precisado que es difícil ir hacia donde ya se está, ya que las autonomías es "la manera vergonzante a lo que se llama federalismo en España". Ha indicado que hay múltiples formar y ha pedido elegir una.

Ha señalado, asimismo, que la gente tiende a pensar que quien manda es el dinero, y este nunca ha tenido sentimientos patrióticos, a lo que ha añadido es que lo peor es, que cuando manda, "vuelven las patrias", los naciones e identidades.

Estas últimas, a su parecer, están bien, aunque ha incidido en que como pasa con las habitaciones o los vasos de vino, "no hay que llenarlas del todo, hay que dejar espacio para que corra el aire". Por este motivo, ha considerado que la identidad es importante, mientras no llegue a fracturar un espacio público o a cuartear una ciudadanía. "Nosotros siempre hemos pensado en ilusiones colectivas", ha reivindicado sobre el socialismo.

AUTONOMÍAS,

éxito histórico

Ha defendido también la estructura territorial de España y ha recalcado que las autonomías fueron "un éxito histórico". Una visión que se ve 'atacada', según él, por dos grupos, primero los que "nunca quisieron distribuir el café de manera cabal" y, en segundo lugar, quienes conciben España "como un cortijo. Hay quien pensó, a su juicio, que el modelo de autonomía era para "centrifugarlo", y hay quienes "nunca creyeron en él".

Por otro lado, ha alertado por el miedo a que la gente vea que sus representantes son "impotentes" porque eso los problemas se resuelven en otra parte, en "escaños de sombra, en espacios opacos alejados de la politica". Algo a lo que se debe temer y mucho, porque es lo que se está llevando la política por delante y la gente ve a los políticos todos iguales. Contra esto, ha reivindicado la autocrítica, rechazar el mínimo atisbo de corrupción y aportar soluciones

Asimismo, ha destacado que después de lo vivido, las agresiones "tan burdas, con ese estilo de PP, el de Aznar", el PSOE no va ahora a crispar tensiones económicas y territoriales. "No podemos dejar llevarnos por la ansiedad", ha conminado.

En clave europea, ha apuntado que el conflicto europeo es un conflicto de identidades y que no se puede luchar contra los mercados desde un solo país. Ha resaltado que los eurobonos son un punto de partida para la unión política y fiscal. "Europa está construyéndose a si misma", ha dicho, antes de instar a que prime menos la identidad, las lenguas, las culturales y las etnias que los ciudadanos. "Que no me hablen de soberanía compartidas, que me hablen de ciudadanías compartidas en España y en Europa", ha incidido.

El partido de asturias

A nivel regional, ha dejado claro que que el PSOE es el único partido de Asturias capaz de gobernar, una formación "cohesionada, fuerte, democrática, disciplinada". "No nos atribuimos un mérito especial", ha dicho antes de recalcar que el 31 congreso suponen muchos años de socialismo en Asturias.

Ha justificado la no presentación de su candidatura en la primera convocatoria de elecciones porque no quería asumir la responsabilidad de un Gobierno en minoría sin ninguna posibilidad y sin estar legitimado por una victoria electoral.

De esta etapa, ha recordado como un político de siempre -Francisco Álvarez.Cascos— fundó un nuevo partido y vino más como un defensor de Asturias que un político. Es más, se erigió en "salvador" acusando a los partidos mayoriarios de estar confabulados, algo parecido al turnismo de la Transición.

Según él, venía a reivindicar que gestionara Madrid, no venía a gestionar, sino a levantar la pasión de los asturianos con la ilusión de salir de un pozo donde habían metido a los ciudadanos la política inepta de los socialistas. Ha advertido que este fenómeno tuvo éxito, al captar "naufragios" de otros partidos o desorientados en un momento de desconcierto, algo que no es exclusivo de Asturias.

Gutiérrez, por su parte, ha resaltado que el PSOE tuvo una nueva oportunidad con la repetición de las elecciones autonómicas, al tiempo que ha recalcado que "aquel que vino a salvar la patria chica no fue más que una tormenta", que casi arrasó lo que se le ponía por delante, según él.