La presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Mari Mar Blanco, ha afirmado hoy que tenía "una espina clavada en el corazón" porque quería agradecer a la sociedad española el apoyo que recibió su familia cuando ETA asesinó a su hermano.

Mari Mar Blanco ha hecho estas declaraciones momentos antes de celebrarse en Bilbao la entrega del Premio a la Convivencia Miguel Angel Blanco a la sociedad española, "que salió a la calle para salvar la vida de mi hermano, y después para condenar su atentado".

"Fueron más de seis millones de españoles (los que salieron a la calle). Me emociono sólo de recordarlo. Y por eso era una espinita que tenía clavada en el corazón, porque no sabía como agradecer en cierta manera esa revuelta cívica y democrática. Porque tenemos que recordar no sólo esa revuelta cívica y democrática sino que se consiguió marcar esas 'líneas rojas', ese tope que nunca deberíamos cruzar, o deberíamos haber cruzado", ha resaltado.

Blanco ha confesado sentirse "emocionada" por el "cariño y apoyo" recibido en un día tan especial como hoy en la memoria de su hermano Miguel Angel Blanco.

"La mejor medicina para una víctima del terrorismo, y para poder mirar hacia adelante cada mañana, es el calor humano y el cariño que sentimos y el apoyo de toda la sociedad. Por eso para mí es un día muy especial que la fundación vayamos a premiar con el Premio a la Convivencia Miguel Angel Blanco a la sociedad española, a todos esos municipios, a esas ciudades y, en definitiva, la sociedad que salió a la calle para salvar la vida de mi hermano y después para condenar su atentado", ha concluido.