El fiscal pide tres años de prisión y 30.000 euros de indemnización para un sacerdote de 73 años acusado de abusar sexualmente de un menor entre los años 1998 y 2001, en un juicio que comenzó este miércoles en la Audiencia Provincial de Madrid. Según el informe de conclusiones provisionales del fiscal, durante este tiempo el acusado se aprovechó de la relación que tenía con la familia del menor para cometer los abusos continuos tanto en la vivienda de éste como en la vicaría de una parroquia de Madrid, en donde colaboraba con las labores eclesiásticas.

Al parecer, el religioso impartía por esas fechas clases particulares al menor en el domicilio de éste.

Durante su declaración ante el tribunal, el cura negó las acusaciones del fiscal y aseguró que ayudaba al menor con sus estudios, a lo que se había ofrecido por la buena relación que tenía con la familia, quienes incluso llegaron a considerarle como un "abuelo", según dijeron hoy tanto el acusado como el joven y sus padres.

Además, el religioso dijo que había otras familias de monaguillos de la parroquia con las que también tenía una estrecha relación y a quienes les prestaba igualmente su ayuda y destacó que nunca había estado solo con ninguno de los niños.

El menor, que tenía entre 12 y 13 años cuando supuestamente sucedieron los hechos, relató que todo empezó cuando el cura le propuso que le realizara tocamientos para "medir el crecimiento del cuerpo" en una de las ocasiones en las que acudió a su casa para ayudarlo con sus deberes del colegio. Agregó que el sacerdote le aseguró que ya lo había hecho con otros compañeros de la parroquia por lo que, según declaró el menor, le hizo pensar que era algo

Los padres empezaron a notar algo diferente en su hijo por lo que le interrogaron hasta que les contó poco a poco lo que presuntamente había sucedido.

Los padres del menor, que también declararon en la sesión, indicaron que nunca se habían imaginado lo que sucedía con su hijo hasta que presenciaron la reacción "violenta" del cura cuando le dijeron que ya no podía ayudar con sus deberes al menor por recomendaciones del colegio.

Catequistas bajo presión

El juicio continuará el jueves en la Audiencia Provincial con los testimonios de dos catequistas y otros tres testigos.

Algunos de estos catequistas, que asistieron a la sesión de este miércoles y que apoyan la declaración del menor, aseguran que el Arzobispado de Madrid les presionó para que ocultaran los hechos.

El fiscal también solicita que el Arzobispado de Madrid sea el responsable civil subsidiario, puesto que conoció los hechos en el año 200 pero lo ocultó.