La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció este lunes su dimisión en una rueda de prensa urgente convocada en la sede del Gobierno regional a las 14.00 horas. Aguirre explicó que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el primero en conocer su decisión apenas una hora antes. Su vicepresidente y mano derecha, Ignacio González, será su sucesor.

Aguirre explicó que ha llegado a la conclusión de que "este es el momento" de su retirada "de la primera línea de la política", ya que su presencia "no es imprescindible" para que el proyecto del Partido Popular en la Comunidad de Madrid sea llevado a cabo y porque ella nunca se ha considerado "una profesional de la política". El servicio público, recalcó, siempre fue concebido por ella como "una actividad temporal".

Los motivos para abandonar la Presidencia regional y su escaño en la Asamblea de Madrid, aseguró Aguirre, son puramente personales. Entre ellos mencionó su familia y el cáncer que le fue diagnosticado en febrero de 2011. Con lágrimas en los ojos, aseguró: "Quiero vivir".

"Ha sido una decisión muy dura para alguien que ha vivido la política como yo [...] Llevaba mucho tiempo pensándolo. Dudé mucho si presentarme (a las últimas elecciones autonómicas), pero decidí que tenía que completar una serie de tareas. No voy a abandonar la política, claro que no, pero voy a pasar a la segunda fila", aclaró. Por el momento, aseguró que pedirá su reingreso en el Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo del Estado.

En su balance personal, Aguirre confesó que el éxito del que más orgullosa se siente es de la implantación del bilingüismo en los centros educativos de la región. En su debe, apuntó "todas las meteduras de pata que habré hecho". Por el momento no abandona la presidencia del PP de Madrid.

El paso a un lado de Aguirre resultó una sorpresa para sus compañeros en el PP. En la sede nacional del partido, situada en el número 13 de la calle de Génova, nadie conocía sus planes. La propia Aguirre confirmaba que llevaba semanas esperando que Mariano Rajoy le concediese una audiencia privada en la Moncloa para explicarle su decisión. "Vengo a allí. No se ha filtrado nada", sonreía en uno de los pocos momentos distendidos de su intervención este lunes.

Tampoco sus consejeros en el Gobierno regional, salvo Ignacio González, conocieron la situación hasta minutos antes de que el gabinete de prensa de la presidenta empezase a llamar a los medios de comunicacion para convocarles a una "rueda de prensa urgente" en la sede del Ejecutivo, en la puerta del Sol. Cuando la rueda de prensa concluyó, la responsable de Educación, Lucía Figar, lloraba desconsolada. No en vano, Aguirre y la madre de la consejera son amigas íntimas y Figar se veía amparada bajo el ala de la presidenta.

El anuncio, por impactante, no es, sin embargo, inesperado en las filas del PP. Fuentes de Génova reconocieron a 20minutos.es que Aguirre está "muy cansada". El tratamiento contra el cáncer de mama le ha hecho mella, más aún cuando la presidenta apenas ha bajado el ritmo. Este mismo lunes recordaba cómo se levanta cada día a las 6.30 horas  "oyendo tres emisoras de radio" y cómo llama a sus consejeros para pedirles explicaciones mientras aún está desayunando. Después, su jornada de trabajo podía prolongarse durante 10-12 horas ininterrumpidamente.

"Está muy cansada", admite un colaborador de la presidenta en GénovaAguirre calificó de "presuntamente curada" su "grave enfermedad" —en los próximos días visitará a su médico para ver los resultados de las últimas exploraciones—, por lo que desea superar esta fase y dedicar más tiempo a su marido, Fernando Ramírez de Haro, sus hijos Fernando y Álvaro y sus nietos.

La muerte hace una semana de la diputada del PP de Madrid Nieves García Nieto, también en tratamiento por cáncer, hizo mucha mella en su ánimo, aseguró a este digital un compañero del Grupo Popular de la Asamblea. "No sabía que estaba mal", comentó apenada sobre su compañera de partido. Para entonces, Aguirre ya tenía tomada la decisión.

La dirigente, sin embargo, no solo acusa fatiga en su salud. En lo político, ha sido derrotada por Alberto Ruiz-Gallardón tras un pulso de más de diez años. Su intento de liderar el PP encabezando una candidatura alternativa a la de Mariano Rajoy en el Congreso Nacional de Valencia celebrado en 2008 no fraguó.

Aunque no ha dejado de intentar marcar la pauta a la dirección nacional, destacándose dentro del ala dura de la formación, la elección de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno le ha hecho perder fuerza mientras Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal ascendían. Cuestionar a un presidente del Gobierno con mayoría absoluta ya no es lo mismo que criticar al Rajoy que ejercía la oposición.

A todo lo anterior se añade la situación económica de la Comunidad de Madrid. El desgaste de la imagen de Aguirre se ha acelerado después de que la ejemplaridad que siempre defendía en su gestión se haya venido abajo con el reconocimiento de un grave agujero de déficit en las cuentas públicas. En consecuencia, los recortes y los tarifazos en los servicios públicos están siendo más que duros y ya no es oro todo lo que reluce. Aguirre se ha visto obligada, incluso a recortar en la joya de la corona, el metro de Madrid, cerrando vestíbulos de estaciones por la imposibilidad de asumir el coste de mantenerlos abiertos.

Sobre Ignacio González, que recogerá el testigo al frente de la Comunidad de Madrid, la presidenta afirmó que es "la persona con más experiencia y mejor dotada para el cargo presidente". "Los madrileños no van a notar ninguna diferencia. Probablemente, lo mejore", zanjó.

El vicepresidente asumirá la jefatura del Ejecutivo autonómico con carácter de interinidad hasta que dentro de tres semanas la Asamblea de Madrid realice una nueva votación para investirle a propuesta del Grupo Parlamentario Popular. El reglamento del parlamento establece este plazo máximo para la celebración de una nueva votación: dos semanas para la propuesta al presidente de la Cámara de un candidato y una más para fijar la fecha de votación.

Aguirre deja el liderazgo con la mayoría absoluta más amplia obtenida nunca por el PP en la aAsamblea de Madrid y con el gobierno de 139 de los 179 municipios de la región.