La monitora acusada en el 'caso Kárate' saldrá de prisión al no apreciarse riesgo de fuga

  • La Audiencia de Las Palmas ha revocado la prisión preventiva.
  • Ivonne González Herrera está acusada de mantener relaciones sexuales con alumnos menores de edad.
  • El principal imputado es Fernando Torres Baena, dueño de la academia.
Los magistrados Carlos Vielba (d) y Emilio Moya (i), durante los interrogatorios a los testigos del llamado 'caso Kárate', que se reanudó en la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria y que está considerado uno de los mayores procesos por pederastia celebrado hasta la fecha en España.
Los magistrados Carlos Vielba (d) y Emilio Moya (i), durante los interrogatorios a los testigos del llamado 'caso Kárate', que se reanudó en la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria y que está considerado uno de los mayores procesos por pederastia celebrado hasta la fecha en España.
Elvira Urquijo / EFE
Los magistrados Carlos Vielba (d) y Emilio Moya (i), durante los interrogatorios a los testigos del llamado 'caso Kárate', que se reanudó en la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria y que está considerado uno de los mayores procesos por pederastia celebrado hasta la fecha en España.

La Audiencia de Las Palmas ha revocado la prisión preventiva que pesaba desde 2010 sobre una de las acusadas del caso Kárate, la monitora Ivonne González Herrera, al considerar que no hay riesgo de fuga ni de que pueda desvirtuar la prueba que queda por practicar o vuelva a recaer en el mismo delito.

González Herrera abandonará así este jueves la prisión de Juan Grande, en el sur de Gran Canaria, tras diecinueve sesiones de juicio en las que han declarado 57 testigos, entre ellos, varios alumnos de la academia de artes marciales de Fernando Torres Baena, el principal imputado, que la señalan como una de las personas con las que mantuvieron relaciones sexuales siendo menores de edad.

El presidente de la sección sexta de la Audiencia, Emilio Moya, ha avanzado a las partes esta decisión de viva voz durante el transcurso de la vista celebrada este jueves, en un paso que ni la propia defensa de González Herrera esperaba, según ha reconocido a la salida del tribunal su letrado, Sergio Armario.

Poco después, la sala ha difundido un escueto auto de una página en la que argumenta que las razones que avalaban su internamiento preventivo "han decaído", por lo que Ivonne González será puesta en libertad provisional en las próximas horas, sin perjuicio de lo que se determine finalmente en la sentencia.

El fiscal del caso, Pedro Gimeno, que no ha querido valorar de momento esa decisión, pide para Ivonne González Herrera una pena de 146 años de reclusión por 19 delitos de abuso sexual y cuatro de corrupción de menores. La acusación particular que representa a la mayoría de las víctimas solicita para ella 150 años y seis meses de cárcel. En prisión continúan Fernando Torres Baena y su mujer, María José González Peña, mientras que el cuarto imputado en este procedimiento, el también monitor Juan Luis Benítez Cárdenes, disfruta desde hace meses de libertad provisional.

Sergio Armario, muy emocionado por el éxito logrado después de trabajar tres años y medio en la defensa de González Herrera junto a su compañero Octavio Quintana, ha explicado que siempre ha considerado a su defendida como una víctima más del principal acusado, Fernando Torres Baena. También ha señalado que es posible que a partir de ahora estudie el cambio de estrategia en la defensa de Ivonne González en relación al principal imputado.

Así mismo, Armario ha recordado que su defendida en estos años siempre ha mantenido "total silencio" sobre el caso, aconsejada por sus abogados, para que exponga lo que se ha conseguido acreditar en la sala en su alegato final. El letrado sostiene que Ivonne González pertenecía a una de las distintas "familias" que se fueron formando en torno al gimnasio de Torres Baena durante veinte años y entiende que la sala ha empezado a comprenderlo de este modo con su decisión de hoy. La acusada Ivonne González, tras conocer su puesta en libertad rompió a llorar y al final de la sesión se abrazó a la también imputada María José González.

En la vista de este jueves, otros cuatro testigos han relatado al tribunal los abusos sexuales de los que fueron objeto durante su paso por la academia de Torres Baena. Uno de ellos, el testigo número 57, ha explicado cómo poco a poco fue introducido por Torres Baena en su círculo y cómo éste le obligó en su chalé de la calle Vargas a distintas prácticas sexuales cuando tenía entre 11 y 12 años, bajo la promesa, de que si accedía le dejaría mantener relaciones sexuales con su primera mujer.

El testigo número 57 ha dicho que Torres Baena dio clases de kárate en su colegio, del que ha asegurado que consiguió que le expulsaran para no tener que volverlo a ver.

Otra testigo, la número 58, ha afirmado que perdió la virginidad a los 13 años con Torres Baena y que éste le pidió que se casara con ella cuando tenía entre 14 y 15 años. También ha dicho que su primera mujer tenía miedo de que se supiera que mantenía relaciones sexuales con menores. Esta testigo ha indicado que Torres Baena decía que el sexo servía para lograr la felicidad y para estar "todos felices y más unidos".

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