Fractura social y política en Portugal: el Gobierno se queda solo tras los últimos recortes

Componentes del Movimiento Nacional de Empresarios Hosteleros portugueses brindan durante una acto ante el parlamento portugués, para protestar contra el incremento del IVA en la hostelería del 13 al 23%.
Componentes del Movimiento Nacional de Empresarios Hosteleros portugueses brindan durante una acto ante el parlamento portugués, para protestar contra el incremento del IVA en la hostelería del 13 al 23%.
EFE
Componentes del Movimiento Nacional de Empresarios Hosteleros portugueses brindan durante una acto ante el parlamento portugués, para protestar contra el incremento del IVA en la hostelería del 13 al 23%.

Ni la oposición, ni la patronal, ni los sindicatos ni los analistas. Nadie parece satisfecho en Portugal (al menos públicamente) con los nuevos ajustes de su Gobierno, que se suman a los severos recortes que se vienen sucediendo desde 2010.

La prensa portuguesa en bloque ha lanzado estos días duras críticas a los planes del Ejecutivo, de signo conservador, e incluso ha recogido el descontento entre diferentes sectores del partido gobernante, el socialdemócrata, y de sus socios, los democristianos del CDS-PP.

La manifestación más evidente del descontento que se ha generado en la calle se ha visto en la red social Facebook, donde una entrada sobre los recortes publicada en su perfil por el primer ministro, Pedro Passos Coelho, lleva más de decenas de miles de comentarios, la gran mayoría negativos.

La oposición de izquierdas también ha rechazado el agravamiento de los ajustes, e incluso se especula con la opción de que este nuevo paquete de medidas rompa el consenso existente entre el Gobierno y el Partido Socialista, un punto muy ensalzado por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).

En similar situación se encuentra el sindicato UGT, que pactó con el Ejecutivo la última reforma laboral y amenaza ahora con abandonar el diálogo social.

También descontento desde sectores cercanos al Gobierno

Incluso desde sectores habitualmente cercanos a las posiciones del Gobierno conservador se ha reaccionado con recelo. Es el caso de la principal patronal lusa, que considera positiva la bajada de las contribuciones a pagar por las empresas por cada uno de sus trabajadores a la Seguridad Social (del 23,75 % al 18 %) pero lamenta el aumento de las contribuciones a pagar por los empleados públicos (del 11 % al 18 %).

"El Ejecutivo persiste en la vía de aumentar los ingresos públicos, implicando más sacrificios para los trabajadores, lo que contraerá el mercado doméstico y afectará a las pymes", señaló en un comunicado.

La dirigente de la Unión de Asociaciones de Comercios y Servicios de Portugal, Carla Salsinha, abundó en esta línea e incidió en que los beneficios por bajar las tasas a las empresas serán anulados por la previsible disminución del consumo privado, que ha caído hasta mínimos históricos este año.

De hecho, la entidad que preside agrupa a cerca de 8.000 tiendas, de las cuáles calculó que sólo en 2012 "habrán desaparecido más del 20 %".

La misma opinión merecen las medidas para la Asociación de Centros Comerciales lusa, cuyo presidente, António Sampaio de Mattos, dijo esta semana que existe el riesgo de que el declive del consumo "sumerja la economía lusa en una espiral recesiva".

Un estudio del Banco Espírito Santo de Inversión revelado por la prensa lusa esta semana apuntaba que las más beneficiadas por la caída de la contribución a la Seguridad Social serán las grandes compañías, sobre todo aquellas con "más mano de obra y mayor endeudamiento".

Según sus estimaciones, sólo entre las empresas que cotizan en el principal índice de la Bolsa de Lisboa el ahorro anual rondará los 100 millones de euros.

El Gobierno se defiende y anuncia más recortes

El Gobierno luso defiende, por su parte, que los ajustes son necesarios para cumplir con sus metas de déficit a partir del año que viene pese a que han sido finalmente flexibilizados por la troika, encargada de vigilar sus cuentas desde que solicitara el rescate en abril de 2011.

Los conservadores lusos han anunciado cortes en pensiones y sueldos de funcionarios, mayor presión fiscal para autónomos, así como subidas en las tasas a bienes de lujo y rendimientos de capital, entre otras medidas que entrarán en vigor en 2013.

Esta semana, el popular Diário de Notícias hacía suya en el editorial una teoría defendida por varios analistas lusos, para quienes los recortes parecen dirigidos a "promover el empobrecimiento, sobre todo de la clase media portuguesa" y reducir el coste del trabajo.

... Pero empiezan las divisiones internas

Los democristianos lusos, que garantizan la mayoría absoluta del Gobierno conservador de Portugal, mostraron este domingo su desacuerdo con las últimas medidas de austeridad, que fueron rechazadas el sábado en decenas de manifestaciones por todo el país. Paulo Portas, líder del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), la pequeña formación que permite al primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, dominar el Parlamento, reveló hoy que no está de acuerdo con los nuevos ajustes anunciados por el Ejecutivo la semana pasada y espera que sean revisados.

Aunque subrayó la voluntad de los democristianos de no causar una crisis política y dialogar sobre el programa de Gobierno con el Partido Social Demócrata (PSD) de Passos Coelho, el anuncio de Portas deja aún más solo al primer ministro ante la contestación que han levantado sus últimas decisiones.

El dirigente del CDS-PP, que según Passos Coelho sí respaldó las últimas medidas de austeridad, explicó este domingo en rueda de prensa que en realidad "alertó" y "defendió otros caminos" en relación con la medida más polémica, un fuerte aumento del pago a la seguridad social de los trabajadores para reducir el de las empresas.

Portas aseguró que no "bloqueó" la decisión para evitar una crisis de Gobierno o de las negociaciones con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las exigencias del rescate financiero luso. Pero se mostró muy comprensivo con las manifestaciones que el sábado recorrieron decenas de ciudades portuguesas para protestar por la austeridad impuesta por Passos Coelho.

La plana mayor del CDS-PP se reunió en las ultimas horas y, según lo señalado por Portas y por otros dirigentes y portavoces, tomó la decisión de pedir al Ejecutivo una revisión de sus últimas medidas. Ese paquete de austeridad, que han rechazado también todas las fuerzas políticas de la oposición, los sindicatos, la patronal y hasta destacadas figuras del partido del primer ministro, no podría ser aprobado en el Parlamento sin el apoyo de los democristianos.

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