Los rescates financieros: ¿salvavidas para la deuda o losas para el ciudadano?

Un grupo de pensionistas se manifiestan contra los recortes y el acuerdo con la troika aprobado por el parlamento, en Atenas, Grecia,
Un grupo de pensionistas se manifiestan contra los recortes y el acuerdo con la troika aprobado por el parlamento, en Atenas, Grecia,
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Un grupo de pensionistas se manifiestan contra los recortes y el acuerdo con la troika aprobado por el parlamento, en Atenas, Grecia,

Los 'hombres de negro' recetan a Grecia turnos de trabajo de 13 horas al día/seis días a la semana para recuperar competitividad. En Portugal, el Gobierno rebaja las cotizaciones a las empresas y sube las de los empleados. España deshoja la margarita de si pide o no una nueva ayuda financiera al tiempo que anuncia nuevas "reformas estructurales"... Todo aderezado con recortes salariales, subidas de impuestos y despidos masivos. Mientras, surge el debate de si las políticas de austeridad a las que obligan los rescates son salvavidas para la deuda, pero losas para la ciudadanía.

En Grecia, la troika —Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI— negocia estos días con el Gobierno un nuevo plan de austeridad por valor de 11.600 millones que permita abrir de nuevo la billetera del préstamo europeo. Las reuniones están siendo muy difíciles. Los 'hombres de negro' proponen jornadas laborales de trece horas, edad de jubilación en 67 años (está en 65) , una vuelta de tuerca más a las pensiones y a los salarios y la eliminación de 15.000 empleos públicos hasta fin de año.

Atenas rechaza por ahora incluir estas exigencias."Los europeos deben entender que no se puede aplicar medidas que pongan a prueba la cohesión social", declaró el líder de Dimar (una de las tres formaciones políticas del frágil Gobierno griego), Fotis Kuvelis, tras una de sus reuniones. Evangelos Venizelos, lider del Pasok, insistía: "Ellos tienen el dinero y nosotros el deber de proteger a la gente".

El informe favorable de 'los hombres de negro' es imprescindible si Grecia quiere cobrar los 31.500 millones de euros del nuevo tramo del rescate que necesita con urgencia para hacer frente a los vencimientos de la deuda y a sus problemas de liquidez. Pero llueve sobre mojado. Los griegos llevan tres años soportando draconianos recortes: subidas en casi todos los impuestos, reducción de salarios, olas de despidos y privatizaciones.

En las encuestas, siete de cada diez griegos piden a sus autoridades que luchen por una flexibilización de las duras condiciones impuestas para recibir financiación. En la calle, manifestaciones y huelgas —la próxima general el 26 de septiembre— denuncian que se estrangula la economía del ciudadano, mientras la del país no remonta. En el otro lado de la cuerda, el Eurogrupo insiste en pedir más reformas estructurales, ahorro, competitividad y privatizaciones.

Los economistas avisan que los países periféricos están en un callejón sin salida: con ajustes se agrava la recesión, pero sin ellos se dispara el coste de la deuda.

Entre los políticos también hay quienes, como Hans van Heijningen, secretario general del Partido Socialista de Holanda, ven el lado perverso de los rescates tal y como están diseñados. Según el líder socialista las ayudas "no van a los pueblos, sino a los bancos, mientras la población está siendo estrangulada por las políticas de austeridad que causan una espiral económica negativa", dijo este jueves en declaraciones a la Cadena Ser. En su opinión, las ayudas deberían concretarse en inversiones que permitieran salir de la crisis a estos países.

Empobrecidos por los ajustes

En Portugal, ni la oposición, ni la patronal, ni los sindicatos, ni los analistas; nadie parece satisfecho con los nuevos ajustes del Gobierno del primer ministro Passos Coelho, que la semana pasada rebajó a las empresas la cotización por trabajador (del 23,75% al 18%) y aumentó la contribución a los empleados (del 11% al 18%).

Esta sustancial pérdida de poder adquisitivo le pilla al portugués con la extra recortada, el IVA subido y una tasa obligatoria de 5 euros por visita médica.

La prensa lusa empieza a hacer suya la teoría de que la austeridad está dirigida "a promover el empobrecimiento de la clase media y a reducir el coste del trabajo", más que a fomentar el crecimiento económico. Los problemas de Portugal, ciertamente, están lejos de acabar con el rescate.

Nuevas "reformas estructurales" en España

En España, donde ya ha sido autorizado el rescate de la banca, el Gobierno de Mariano Rajoy sigue sin aclarar si solicitará formalmente el rescate del BCE —también mal llamado rescate blando—, que permitiría la compra masiva de deuda de España. Eso sí, a cambio de nuevas condiciones. Casi todos coinciden en que España acabará pidiendo la ayuda, y muchos son los que le urgen a hacerlo cuanto antes. El Ejecutivo, por su parte, se ha comprometido este mismo viernes con el Eurogrupo a realizar nuevas "reformas estructurales" siguiendo sus recomendaciones antes de fin de mes, como muestra de su "compromiso" para reducir el déficit y cumplir así con las condiciones que exigiría el nuevo rescate.

Son muchas las voces que apuntan hacia las pensiones y las prestaciones sanitarias gratuitas. En cualquier caso, lo que está por venir se añadirá a una reforma laboral que permite un despido más barato, a una jubilación retrasada, a una prestación por desempleo recortada, al repago farmacéutico, a menos inversión en Educación y Sanidad, y a un IVA disparado al 21%.

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