Han pasado seis años desde que la Comunidad de Madrid supo que el magnate norteamericano Sheldon Adelson podría elegirla algún día para construir Eurovegas, un complejo de ocio y negocio que generaría 260.000 puestos de trabajo y supondría un revulsivo contra el paro y la crisis.

Seis años de espera que se han visto por fin rematados al hacerse público que Madrid ha sido elegida por Las Vegas Sands para albergar lo que será "la mayor inversión privada de la historia de Europa", según sus promotores.

La primera fase de Eurovegas supondrá unos 6.000 millones de euros de desembolso y se calcula que estará acabada en 2016, mientras que el proyecto total costará alrededor de 17.000 millones de euros y está previsto que se inaugure en 2022.

Alrededor de 260.000 personas encontrarían empleo en este "rayo de luz para la opacidad de la crisis", como lo denominó la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, quien en septiembre de 2008, en su discurso en el debate del estado de la región, ya empezó a hablar vagamente del proyecto.

En ese debate, el primero que se celebraba en la segunda legislatura de Aguirre como presidenta de la Comunidad, anunció que quería que se implantara en Madrid un "macrocentro" de convenciones, sin referirse para nada a complejos con casinos y hoteles "venecianos", al estilo Las Vegas, que se desvelarían después.

Tres años más tarde, en noviembre de 2011, saltó públicamente la noticia de que el multimillonario Sheldon Adelson una de las mayores fortunas del mundo y promotor de casinos en Las Vegas, Macao y Singapur) estaba interesado en crear una gran ciudad de ocio, juego y congresos en Europa y, más concretamente, en España.

Fue el vicepresidente madrileño, Ignacio González, quien en un acto electoral del PP para las generales de 2011, confirmó que los Gobiernos de España y de Madrid llevaban "bastante avanzadas" las conversaciones con Adelson para traer a Barajas el complejo que al poco tiempo se bautizaría popularmente como Eurovegas.

Atraída por las abultadas cifras de negocio de Eurovegas (ya entonces se hablaba de la creación de 261.000 empleos y de una inversión de 16.900 millones de euros en 13 años), la Generalitat catalana anunciaba tres días más tarde que aspiraba también a albergar el complejo en una zona próxima al aeropuerto de El Prat, y que estaba estudiando su viabilidad con el grupo inversor.

Desde entonces, Madrid y Cataluña han pugnado año y medio para conseguir el proyecto y ambas han ofrecido a Adelson terrenos (hasta tres en el caso madrileño: Alcorcón, Valdecarros y Paracuellos/Torrejón de Ardoz) para que el magnate eligiera el que considerase más apropiado.

En los últimos años Adelson y su equipo se han desplazado en varias ocasiones a Madrid y a Cataluña para supervisar "in situ" los suelos que ambas autonomías ofrecían. Incluso en junio pasado viajó a España una delegación de ejecutivos de Las Vegas Sands para conocer los terrenos de Barcelona y de Madrid donde podría ubicarse Eurovegas.

Adelson ha advertido durante todo este tiempo que la implantación de su proyecto en España solo sería posible si el Gobierno colaboraba con algunas reformas legales en materia laboral, medioambiental y fiscal, como por ejemplo, que se permita el consumo de tabaco en todo el complejo.

Las condiciones del magnate y las peculiaridades de Eurovegas han desatado en los últimos dos años las críticas de la oposición, que ha advertido de que el complejo estará asociado a la mafia y al juego, o de algunos vecinos de los terrenos candidatos, que ven en ello mas perjuicios que ventajas.

Incluso el Abad de Montserrat, Josep M. Soler, ha señalado que no encuentra "ningún hipotético beneficio económico" a un lugar que, en su opinión, solo puede favorecer "la prostitución, la ludopatía y el consumo de drogas".