Anna Tarrés, seleccionadora nacional de natación sincronizada, se encuentra "consternada, sorprendida, perpleja y muy dolida" por la decisión de la Federación Española de Natación (RFEN) de poner fin a su contrato, que termina el próximo 31 de diciembre.

La entrenadora catalana no oculta su tristeza en 20minutos.es. "Me da mucha pena, porque hay muchísima gente que ha trabajado para que esto esté donde está ahora. Siento que este proyecto aún no está lo suficientemente consolidado como para que haya un cambio de ciclo. Me da miedo".

Tarrés, que lleva 15 años en el cargo, se muestra especialmente dolida por la forma en la que ha ocurrido todo. "No me lo esperaba, y menos después de los resultados y de esta manera que ha sido, a través de una llamada telefónica. Sé que todo es muy difícil, pero después de 15 años y de haber hecho todo esto por este deporte...".

El argumento de la Federación para romper el contrato de Anna, según la entrenadora, fue que "no entraba en sus planes. Ellos alegan motivos profesionales y lo tengo que acatar. Pero las cosas se pueden hablar". Eso es lo que se desprende de la conversación con la entrenadora, una mala relación que ha llevado al traste con el vínculo que había hasta ahora. "El día a día es muy difícil, sabía que había un tira y floja en la negociación y yo tenía claro que iba a luchar por mis ideales. Ese ha sido mi pecado: pedir más cada día para seguir mejorando".

Sin embargo, esto ha servido para que Tarrés se sienta "muy apoyada". "Todo el mundo ha estado ahí. He recibido tanto apoyo que ni me lo podía imaginar".

Haciendo un repaso a su etapa de 15 años, la seleccionadora, que deja a España como la segunda potencia mundial en 'sincro', asegura que se queda "con el calor de mi equipo. Con haber aprendido a ser entrenadora. Tenía una vocación pero yo no lo sabía hasta que llegué aquí. Me quedo, sobre todo, con mis niñas".

En lo deportivo, Anna se ve incapaz de quedarse con un solo momento. "No hay un único momento más feliz.  Cada medalla ha sido el momento más feliz para mí". También ha habido cosas malas. "Lo peor de todo ha sido el día a día, lidiar con temas personales y profesionales. También los inicios fueron muy duros con las chicas".

Anna Tarrés ha cambiado la natación sincronizada española, que brilló por primera vez en Pekín con las medallas de plata en dúo y en equipo y que en Londres se ha confirmado como una potencia con otras dos medallas (plata en dúo y bronce en equipos). "Es algo que nunca olvidaré. Gracias a todos".