Una familia española gastará de media 215 euros en comprar los libros de texto para su hijo, si tienen la suerte de que curse Educación Primaria. Los manuales de secundaria se elevan hasta los 300 euros. Un lujo que muchas familias no pueden permitirse (al menos un tercio, según la CEAPA) dada la actual situación económica y el recorte de las ayudas institucionales.

"El año pasado me dieron una beca de poco más de 100 euros, pero este mes me la han denegado", se queja Mónica Toapanta, madre soltera de 35 años y en paro. "Estoy en paro, llevo cuatro meses sin poder pagar la hipoteca y los libros de mi hija me cuestan casi 300 euros, no sé qué voy a hacer", lamenta.

La solución de Mónica, como la de muchos otros padres desesperados, ha sido recurrir a un mercadillo de intercambio de libros de texto que organiza cada miércoles el CSO Casablanca, en Madrid. Allí, cada familia aporta aquellos ejemplares en buen estado que no van a necesitar más y rebuscan en las estanterías, lista en mano.

Sin embargo, Mónica no tuvo suerte. "Solo me faltaban dos libros, el resto los conseguí en otro intercambio en Carabanchel", explica esta excamarera de hotel, que cobra 700 euros al mes de prestación por desempleo y tiene una hipoteca de 750. "Quiero pedir al banco que acepte la dación en pago, no puedo hacer frente a tanto gasto", explica la madre de Pamela, de 12 años. "Volveré a intentarlo en otro mercadillo", concluye.

En una situación similar se encuentra Ramón Frontiñán, de 49 años. Este encargado de obra, que vive de contrato temporal en contrato temporal, pagó 400 euros en 2011 por los libros de uno de sus hijos, de 17 años. "Paso una pensión a mi exmujer de 400 euros, ¿cómo voy a hacer frente a este gasto?", explica mientras espera su turno para entrar en la biblioteca del centro.

"Deberían ser los colegios los que se hiciesen cargo de esta situación, que fomenten el préstamo y se organicen para ahorrarnos a los padres este enorme gasto", critica.

Junto a Ramón y Mónica, entre montañas de libros, Janet Silva trata de encontrar casi una docena de ejemplares para su hijo mayor, de 15 años. "Nos hemos tenido que gastar 215 euros en los libros de mi hija de 6 años porque son todos de escribir en el propio texto  y no podemos intercambiarlos", explica Janet, una empleada del hogar de 35 años. "Los libros de mi hijo me costaron 300 euros el año pasado y ahora resulta que los han cambiado casi todos y nadie nos los puede prestar", se queja Janet.