Siete expresidentes de la Junta General del Principado se han dado cita este miércoles en la sede de la institución para defender y avalar el trabajo de los parlamentos autonómicos "en un momento en el que la propia política se pone en cuestión".

Convocados por el socialista Pedro Sanjurjo, en el cargo desde el pasado mes de abril, al acto han asistido las siete personalidades políticas que se han sucedido en la presidencia de la Junta General, desde la primera a la novena legislatura: el socialista Juan Ramón Zapico (1983-1987); Antonio Landeta, de AP (1987-1991); Laura González, de IU (1991-1993); Faustino González, (1999); María Jesús Álvarez, PSOE (1999-2007); Fernando Goñi, PP (2011-2012); y, el actual, Pedro Sanjurjo.

En el elenco ha destacado la ausencia del popular Ovidio Sánchez (1995-1999), justificada por obligaciones parlamentarias. Tampoco han estado presentes Agustín José Antuña y Eugenio Carbajal, ambos fallecidos y al frente de la Cámara durante la legislatura provisional de los años 1982 y 1983.

En su discurso de bienvenida, Pedro Sanjurjo ha recordado que el próximo año se celebra el treinta aniversario de las primeras elecciones democráticas a la Junta General que tuvieron lugar el 8 de mayo de 1983, tras el trabajo del Consejo Regional. "Siempre es muy enriquecedor poder compartir experiencias y opiniones que nos ayuden a comprender el presente y que, en todo caso, favorezcan el diálogo y debate", ha dicho a quienes le precedieron.

Sanjurjo ha ensalzado el patrimonio acumulado durante estos años, plasmado en aproximadamente 200 leyes que procuraron un mayor bienestar a la comunidad autónoma, y ha llamado a "ser optimistas y trabajar para encarar las dificultades".

Por su parte, el expresidente de la primera legislatura, Juan Ramón Zapico, también del PSOE, ha advertido del riesgo de cuestionar la política y ha reivindicado el "irremplazable" trabajo de los parlamentos autonómicos frente a voces aisladas y disonantes" que llaman a replantearse su existencia. "Los parlamentos y en concreto la Junta General del Principado es un instrumento cuya existencia da valor en sí al Estado de las Autonomías", ha opinado.

AUSTERIDAD,

Utilidad y honradez

En declaraciones a los periodistas, la primera mujer presidenta de la Junta General, Laura González, de IU, ha añadido que "existen intereses de todo tipo que pretenden acabar con el Estado de las autonomías" y ha defendido a Asturias como "una de las autonomías más austeras". González ha destacado la existencia de una mayoría de políticos que jamás hicieron de su presencia en las instituciones su forma de vida.

En sintonía con este argumento, la expresidenta y actual consejera de Agroganadería, la socialista María Jesús Álvarez, ha dicho que la orientación y control al gobierno son dos tareas imprescindibles en democracia. Responsable de la Cámara durante tres legislaturas, ha pedido reflexionar sobre la importancia de las leyes promulgadas, por lo que ha asegurado que no es el momento de suprimir instituciones "que son útiles". "Frente al mensaje descarnado de la economía y el mercado está el mensaje esperanzador de la política", ha aseverado.

A renglón seguido, ha justificado la capacidad de los 45 parlamentarios de dar respuesta a distintas situaciones y se ha mostrado partidaria de que se mantengan las tres circunscripciones en que se divide electoralmente Asturias. "Hay mucho trabajo parlamentario para hacer", ha zanjado.

Antonio Landeta, de Alianza Popular, ha recordado que la buena labor de la Junta General está avalada también por el mérito de ser la institución que eligen los asturianos. "Toda la vida entendí que el parlamentario debe ser valorado y dar un ejemplo", ha comentado.

El popular Fernando Goñi ha manifestado que, como "órgano principal de la comunidad", el parlamento debe reivindicar su papel ante las críticas de los grupos que "pretenden lo que no consiguen a través de las urnas" y que, al contrario que estas, no representan a la sociedad.

Por último, Faustino González ha advertido de que "la única alternativa a los políticos son los militares" y ha confiado en que la actual devaluación, propia de una actitud excesivamente acomodaticia de quienes la ejercen, sea "corregible".