Tras casi tres meses de vacaciones, 1.273.426 niños volverán al colegio el próximo miércoles. Son 19.741 más que el curso pasado, aunque habrá 3.092 profesores menos. También estará marcado por la jornada intensiva, el uso de fiambreras y el refuerzo de las matemáticas.

La consellera de Enseñanza, Irene Rigau, atribuyó 1.783 bajas a las jubilaciones que no se han podido cubrir por los recortes. El resto de vacantes se intentarán copar mediante la contratación de sustitutos.  Pese a todo, Rigau afirmó que los alumnos recibirán la misma atención porque los profesores impartirán una hora lectiva más cada semana.

En cualquier caso, el 24,3% de las aulas de P-3 y el 31,5% de las de Secundaria tendrán más de 25 y 30 estudiantes, respectivamente, superando así las ratios permitidas hasta ahora. La buena noticia es que hay 22 centros públicos nuevos y se han suprimido 19 barracones, aunque quedan unos 90.

El 71% de los centros públicos de Secundaria, 384, realizarán jornada compactada, lo que supondrá un ahorro para la Conselleria de 4 millones de euros en concepto de becas comedor. Rigau aseguró que tal cantidad se destinará a las familias con más dificultades.

Precisamente, la crisis ha disparado las peticiones para llevar la comida de casa, algo que este curso ya podrán hacer los alumnos de institutos públicos. Todavía no se saben cuántos centros ofrecerán este servicio, pero costará unos 15 euros al mes por el uso de un espacio, su limpieza y la supervisión de monitores, así como por los cubiertos y el agua.

Otras de las novedades es que se ofrecerá una optativa de emprendeduría y se aumentarán las horas de matemáticas en Secundaria y el programa de Formación Profesional dual, que permitirá a 534 alumnos estudiar y trabajar a la vez a cambio de un sueldo.