Joaquín Phoenix despliega un catálogo de excentricidades con 'The Master' en Venecia

  • Dos años después de su polémica presentación de 'I'm Still Here'.
  • Prescindió de auriculares para la traducción y respondió a las preguntas con una actitud llena de muecas en contraste con su apariencia de buen chico.
El actor Joaquín Phoenix, en Venecia.
El actor Joaquín Phoenix, en Venecia.
EFE
El actor Joaquín Phoenix, en Venecia.

Dos años después de jugar en La Mostra al gato y el ratón con la verdad y el señuelo de I'm Still Here, Joaquín Phoenix se coloca como favorito a la Copa Volpi por su interpretación en The Master, pero ha desplegado todo un catálogo de excentricidades en la presentación del filme en Venecia.

Cuando presentó su falso documental, dirigido por su cuñado Casey Affleck, ni siquiera apareció en la rueda de prensa, aunque fue captado por algunos fotógrafos llegando al Lido. Al descubrirse que esta película sobre su supuesta vida plagada de excesos no era sino una broma experimental, se esperaba con expectación la vuelta de Joaquin Phoenix a La Mostra en calidad de estrella convencional.

Sin embargo, ni rastro de convencionalismo se vio en su paso por la isla veneciana. En el momento de la abarrotada rueda de prensa para 'The Master', de Paul Thomas Anderson, Phoenix llegó con aparente normalidad, pero todo empezó a resultar sospechoso cuando se colocó a un metro del micrófono.

Se fumó un cigarro

La primera pregunta la contestó a esa distancia, sin que pudiera oirse nada, y cuando le pidieron acercarse, solo dijo: "Estaba diciendo que no lo sé". A partir de ahí, pidió un cenicero, se fue de la rueda de prensa, volvió y, finalmente se fumó un cigarro.

Cuando Paul Thomas Anderson explicó cómo en una de las escenas más potentes de la película –en la que, dentro de una celda y mientras discute con Philip Seymour Hoffman– destrozó un inodoro que no era de atrezzo, sino el de la cárcel donde les habían permitido rodar, todo sonó de lo más creíble dadas las circunstancias.

Prescindiendo de los auriculares para la traducción simultánea de las preguntas italianas, quiso responder a una elaborada reflexión de un veterano periodista local y todo ello acompañado de una actitud llena de muecas que contrastaba con su apariencia de buen chico: vestido con pantalones marrones, camisa verde oliva y corbata.

Cuando todo el mundo da por hecho que se llevará el premio al mejor actor, es fácil remontarse al caso de hace dos años, cuando otro "enfant terrible" Vincent Gallo no promocionó ninguna de las tres películas que tenía en Venecia y no subió al escenario tampoco a recoger su Copa Volpi por Essential Killing, pese a estar paseando por el Lido.

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