Testigos del incendio: "Las llamas, de 5 o 6 metros de altura, estaban a 200 metros de casa"

Vecinos atendidos por personal de los servicios de emergencia en el polideportivo Serrano Lima de Marbella.
Vecinos atendidos por personal de los servicios de emergencia en el polideportivo Serrano Lima de Marbella.
EFE
Vecinos atendidos por personal de los servicios de emergencia en el polideportivo Serrano Lima de Marbella.

"Las llamas de 5 o 6 metros de altura estaban a solo 200 metros de mi casa, cuando nos desalojaron", recuerda Edward Galvin, un turista britándico de 47 años, que ha pasado la noche en el albergue de La Cala en Mijas, después de que el pavoroso incendio iniciado en Coín cercase su vivienda de Calahonda, una de las zonas más afectadas por el fuego.

El incendio originado este jueves por la tarde en Coín (Málaga) se ha extendido a lo largo de la noche a los municipios de Monda, Ojén, Alhaurín el Grande, Mijas y Marbellay ha obligado al desalojo de unas 5.000 personas y al corte de la AP-7. Además, han encontrado un cuerpo calcinado en las inmediaciones del foco del incendio en Marbella.

Gavin y su madre, de 77 años, son dos de las 65 personas que han tenido que ser realojadas por el municipio de Mijas en el albergue de La Cala. En su mayoría son turistas británicos, aunque también hay algunas familias locales y algún finlandés, explica por teléfono.

Este ciudadano británico tenía alquilado un apartamento en la zona de la montaña de Calahonda, una de las áreas que sigue preocupando por la virulencia del fuego.

El jueves por la tarde, hacia las ocho, Galvin comenzó a oler a quemado, pero pensó que sería quema de rastrojos. "El olor venía del otro lado de la colina y no me preocupé". Sin embargo, cuatro horas más tarde, empezó a escuchar pitos de los coches, se asomó a su balcón y observó un continuo ir y venir de gente. "Pensé que había una fiesta, pero entonces empezaron a sonar sirenas sin parar". Galvin salió a la calle y lo que vio le horrorizó: "Eran llamas de 5 o 6 metros de altura, a solo 200 metros".

Galvin cuenta que solo le dio tiempo a buscar a su madre y coger los pasaportes, antes de que un vehículo de emergencias los sacara de allí. Fueron trasladados a la parroquia de Calahonda, pero las 70 camas improvisadas en el templo estaban ocupadas ya por vecinos realojados. Entonces fueron conducidos al albergue de La Cala donde confiesa, ha dormido "bien, pero apenas cuatro horas".

Ana Arias, funcionaria municipal de Mijas, no ha pegado ojo en toda la noche. Ella, afortunadamente, tiene su vivienda en la parte baja de Calahonda, donde las llamas no se han acercado, pero reconoce que la proximidad del fuego la mantuvo junto a sus vecinos en la calle, "con el bolso al hombro y el perro en la correa".  Su miedo era "que cogiese una vaguada con muchísimos árboles" y que alcanzara a su vecindad. Ya en el Ayuntamiento, confiesa que oye pasar los aviones y que la situación en Calahonda alta está lejos de estar controlada.

El portavoz del Ayuntamiento de Mijas, José Antonio Cierrezuelo, explica que esta mañana preocupan tres zonas del municipio, Calahonda alta, "donde el fuego es tan violento que ha quemado tres pisos de un edificio de una urbanización" y han sido desalojados todos los vecinos; Puerto de los Gatos, donde las llamas se han reavivado bastante por el viento; Y la Atalaya Macorra,"una zona con muchas casas de campo diseminadas y alto valor ecológico", explica Cierrezuelo.

El Ayuntamiento está volcado con los afectados por el incendio. "Tenemos todos los bomberos, protección civil y policía local disponibles y haciendo todo lo posible porque el fuego no avance. Hemos habilitado cuatro zonas de recepción de evacuados y, además, llevamos agua a los bomberos", explica el portavoz municipal.

En el albergue de La Cala, Edward Galvin espera noticias de si su apartamento está entre los afectados por el fuego, mientras agradece la asistencia de la administración y de los voluntarios locales.

Desalojados en Ojén

Los vecinos de Ojén han pasado una noche de pesadilla, en la que tuvieron que dejar sus casas "con lo puesto" y los nervios a flor de piel.

Filomena Gómez, una vecina de Ojén, ha relatado que había mucho humo y que el fuego "inmenso" se veía desde la ventana de su casa, donde su hijo les despertó a las tres de la madrugada porque las llamas se veían "muy, muy cerca".

"Hemos salido con lo puesto, con los nervios", ha dicho Gómez, quien ha precisado que "no había ambiente" de desalojo en el pueblo, por lo que la salida ha sido "de repente".

Los vecinos se avisaron "unos a otros" y comenzaron un desalojo que ha llevado a muchos de ellos al pabellón polideportivo Serrano Lina, en Marbella, donde han pasado la noche atendidos por miembros de la Cruz Roja y del dispositivo contra incendios.

Alberto Busto, un madrileño con residencia en Marbella, donde pasa temporadas con su familia, fue de los primeros en llegar al pabellón. Los ocho miembros de su familia salieron de su casa sobre las dos de la madrugada, después de llamar en varias ocasiones a la Policía Local, que primero les recomendó cerrar puertas y ventanas, aunque ante el "incendio descontrolado" decidieron dejar la casa.

"Estoy feliz, hemos salido los ocho y el perro. Esperando que no ocurra nada" y el fuego se apague pronto, ha precisado.

Francisco Germán Pacheco, otro vecino de Ojén, ha señalado que veía las llamas en el campo de su padre, por lo que decidió pedirle que se alejara, "pero decía que no, hasta que ha tenido que salir y no ha podido sacar ni el perro".

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