"Ni el euro ni la Unión Europea darán pasos atrás". Es una de las conclusiones a las que han llegado Mariano Rajoy y François Hollande en su reunión de este jueves en el Palacio de la Moncloa: el euro es "irreversible". Una cita en la que han dado un repaso a la situación tanto de la Unión Europea y del euro como de España y las medidas de ajuste que está llevando a cabo el Ejecutivo.

El presidente del Gobierno ha asegurado en la rueda de prensa conjunta posterior al encuentro que España ha presentado ya "sus propuestas para una mayor integración económica, fiscal, bancaria e institucional" y ha manifestado su "voluntad" de apoyar a Grecia "en sus importantes esfuerzos" para salir de la crisis económica en la que se encuentra, asegurando que el país heleno "va a cumplir con sus compromisos".

"Queremos que la Unión Europea dé pasos adelante", ha proseguido Rajoy, confirmando que la próxima cumbre bilateral se celebrará el 10 de octubre en Francia. "Dos socios como España y Francia tienen que mantener un diálogo constante y profundo", ha añadido.

Por su parte, el presidente galo ha insistido en que tanto él como Rajoy están "a favor de la irreversibilidad del euro. Ese es el mensaje que repetimos sistemáticamente cuando nos reunimos todos los responsables de la zona euro", ha dicho. Asimismo, ha aclarado que aunque Rajoy y él no pertenecen al mismo partido político, tienen "la misma visión de futuro para Europa".

Sobre la situación de España, Rajoy ha explicado que los objetivos del Gobierno pasan por "el crecimiento y el empleo" y, en relación a la subida de impuestos, ha reconocido que se ha visto obligado a tomar decisiones "que en circunstancias normales no hubiera hecho nunca". No obstante, ha descartado nuevas subidas en el Presupuesto para 2013: "Ni voy a subir el IRPF ni el IVA", ha aseverado.

Por otro lado, el presidente del Gobierno ha considerado hoy que "sólo pueden provenir de una mente malévola" las "insinuaciones" que apuntan a que el Ejecutivo esperará a la celebración de las elecciones vascas y gallegas del 21 de octubre para pedir a Europa ayuda financiera.

Así, ha explicado que España decidirá si pide ayuda a Europa cuando el Banco Central Europeo (BCE) detalle cómo piensa intervenir en los mercados de deuda soberana para aliviar la presión sobre la deuda española. Ha insistido en que dicha decisión "no tiene nada que ver con esas insinuaciones, si se han producido" y que considera que sólo pueden venir de una "mente malévola", que él asegura no tener.

"Lo único que me preocupa son los intereses generales del país", ha añadido. Por su parte, Francois Hollande ha dicho entender que España espere, antes de pedir ayuda a Europa, a las clarificaciones del BCE, así como a la entrada en vigor del nuevo fondo de rescate europeo, entre otras cuestiones. "España, como cualquier otro país, dirá lo que quiere hacer. Decidirá si sí o si no y cómo y cuándo", ha añadido el presidente francés.

En cuanto a la petición de rescate por parte de algunas regiones españolas, Rajoy ha afirmado que "no va a haber problema de agotamiento" del fondo de rescate para las Comunidades Autónomas, que se dotará con 18.000 millones de euros, puesto que el Ejecutivo ya sabe "qué van a hacer" los gobiernos regionales, y ha subrayado así que "no suponen ninguna sorpresa" los anuncios lanzados por Cataluña y la Comunidad Valenciana.

"El Gobierno es plenamente consciente de que hay Comunidades con problemas de liquidez", ha dicho el presidente. Rajoy ha subrayado que el Ejecutivo conoce perfectamente cuáles son los vencimiento de deuda autonómica hasta final de año y qué dificultades van a afrontar algunos gobiernos regionales para refinanciarla, no sólo los de Cataluña y la Comunidad Valenciana.

"Sé lo que van a hacer otras Comunidades también. Estaba previsto, no suponen más deuda y es atender a las dificultades de liquidez y financiación que existen y que están complicando las cosas", ha respondido.

Tras reiterar que se apoyará a quien lo necesite —"lo llevamos haciendo desde que hemos llegado al Gobierno"— y que el recurso al rescate "no supone ninguna sorpresa", ha hecho hincapié en que esta fórmula no incrementa la deuda, que "es la misma" y sigue siendo responsabilidad de las CCAA. El mecanismo sirve para refinanciar lo que ya existe.

"Es muy importante ser consciente de esto, porque salen titulares, aparecen noticias, parece que hay novedades y no", ha reiterado el jefe del Ejecutivo.

Los dos mandatarios han tratado también la situación en Siria y, según Rajoy, ambos comparten "una profunda preocupación por el altísimo coste de vidas humanas" que está teniendo el conflicto. La solución a la crisis de este país, ha dicho Rajoy, "pasa porque Asad abandone de forma urgente el poder".

Hollande ha insistido incluso en la necesidad de convencer a Rusia y a China de que esa situación no supondría "el caos (en Siria), sino más bien todo lo contrario" y ha precisado que, tras una hipotética salida de Al Asad, debería formarse un gobierno en el que estén todos representados.

En este sentido, Rajoy ha apuntado la urgencia de reflexionar sobre "el día después" de Al Asad y, para ello, ha considerado que la oposición siria debe poder alcanzar una unidad que les permita convertirse en alternativa clara al régimen.

También se han referido los dos a la situación en el Sahel, especialmente en Mali, y han destacado la importancia de que ese país supere "la crisis humanitaria en la que está inmerso" con una transición que le devuelva la democracia, tras el golpe de estado de marzo.

Además, han avisado de la necesidad de hacer frente a los grupos terroristas salafistas liderados por Al Qaeda que se han hecho con el control de parte del norte del país.

El presidente francés ha subrayado que la situación en aquella zona es "extremadamente grave" y ha dejado claro que la comunidad internacional tiene que ayudar al Gobierno de Mali para que asiente su autoridad y para que la Unión Africana decida una intervención bajo mandato de la ONU. Según ha indicado, el terrorismo instalado allí puede tener consecuencias en toda la zona occidental de África e incluso en los países del sur de Europa.