Según publica la prensa israelí, el rey Abdalá II de Jordania y su esposa
Rania podrían estar atravesando una grave
crisis matrimonial.
Las informaciones hablan incluso de que la pareja ni siquiera se dirige la palabra y duerme en
habitaciones separadas en su residencia oficial, el palacio de Amán.
El diario Yediot, afirma, citando fuentes cercanas a la pareja, que es tan mala la relación que incluso están considerando la posibilidad de
divorciarse.
Aunque se desconocen cuales son las razones de la crisis, la reina no hace tantas salidas oficiales como antes e, incluso, no ha asistido a varios actos en los que estaba programado que acompañara a su esposo.
Los rumores, que cada vez son más fuertes, aseguran que Abdalá planea
llevarse con él a los cuatro hijos que la pareja tiene en común, Husein, de 12 años, Iman, de 10, Salma, de 6, y Hashem, de 1.
Rania, nacida en Kuwait y cuya familia es palestina natural de Tulkarm, y Abdalá, hijo del Rey Hussein y de su segunda esposa, la británica Antoinette Avril Gardiner, se conocieron en enero de 1993 y
se enamoraron inmediatamente. En junio de ese mismo año ya se habían casado.
La pareja reside en el palacio de Amán desde 1999, año en el que falleció el
Rey Hussein y Abdalá heredó la corona, a pesar de que el pueblo jordano
no veía con buenos ojos que el hijo de una extrajera se convirtiera en su rey, ya que según la Constitución jordana el heredero de la corona tiene que ser hijo de jordanos.
La revista “Time”
entrevisto recientemente al Rey Abdala quién aprovechó sin venir al caso para decir “voy a coger a mi esposa y a mis hijos y saldremos juntos a un picnic en un lugar tranquilo”, quizás en un intento de
evitar posibles preguntas del entrevistador en relación a este tema.
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