Conmemoran el centenario del experimento de Max von Laue que "abrió la puerta al mundo microscópico y nanoscópico"

Rectores de UC y UIMP y el director del Instituto Laue-Langevin destacan que el Nobel de Física marcó "un antes y un después" en los materiales
Homenaje a Max von Laue
Homenaje a Max von Laue
UIMP
Homenaje a Max von Laue

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha homenajeado al Premio Nobel de Física de 1914, Max von Laue, en un acto que ha servido de celebración del centenario de su experimento de la difracción de los Rayos X a través de cristales con el que "abrió la puerta al mundo microscópico y nanoscópico".

Así lo señalaron ayer el rector de la UIMP y la Universidad de Cantabria (UC), Salvador Ordóñez y José Carlos Gómez Sal, respectivamente, y el director del Instituto Laue-Langevin de Grenoble, José Luis Martínez Peña, quien impartió la conferencia 'El Instituto Max von Laue-Paul Langevin (ILL): Un ejemplo de la cooperación que funciona en Europa'.

Ordóñez explicó que la idea de llevar a cabo este "pequeño homenaje" a Von Laue surgió el pasado mes de junio junto a Gómez Sal, durante el encuentro Cantabria Campus Nobel que coorganizaron ambas instituciones académicas. Para el rector de la UIMP, el Nobel de Física fue un "precursor" que "intuyó matemáticamente que había formas posibles" y con el tiempo, "demostró que así era".

"A veces a los científicos se nos acusa de ser oscurantistas, pero no es así", rechazó Ordóñez, quien agregó que "es importante que la gente tenga claros" algunos de los conceptos relacionados con ciencia y tecnología, teorías físicas, los modelos atómicos o las estructuras moleculares, que "tienen su belleza" y "también son cultura".

Por su parte, el rector de la UC mostró su satisfacción por la conmemoración del experimento de Von Laue tras considerar que, en su época, "de todos los físicos enormes, él parecía el hermano pequeño".

Sin embargo, con su experimento demostró "la naturaleza electromagnética de los Rayos X" y, además, "que la estructura cristalina existía".

En su ponencia retrocedió hasta principios del siglo XX, años en los que Europa estaba "en una continua ebullición de ideas, innovación, pintura y ciencia".

En esta línea, Gómez Sal relató que en ciudades como Múnich, numerosos científicos, entre ellos Max von Laue, tenían la costumbre de reunirse en el café Hofgarten, y allí ponían en común sus ideas y debatían sobre la naturaleza de los Rayos X, que les era desconocida. "Muchos de aquellos tertulianos fueron galardonados con el Premio Nobel", apuntó.

El director del Instituto Laue-Langevin de Grenoble, finalmente, centró su exposición en dar visibilidad a la importancia del trabajo que allí se realiza, en torno a un reactor nuclear en el que se explotan, de forma paralela, 40 instrumentos que sirven para hacer todo tipo de experimentos y mediciones de la más alta calidad tecnológica "porque intentamos que sean los mejores del mundo". Para ello, la innovación en los instrumentos es "constante".

Martínez Peña se mostró orgulloso del papel que juega España en los últimos años en esta instalación, ya que este país, tras Francia, Alemania y Reino Unido, es el que desarrolla "mayor nivel de investigación". En este sentido, destacó que los proyectos se aprueban por "mérito científico, sin mirar el pasaporte" del equipo que presenta el plan.

Max von laue

El homenajeado, el alemán Max von Laue (1879-1960), estudió en las universidades de Estrasburgo, Gotinga y Múnich y fue discípulo del insigne Max Planck.

Vinculado durante toda su vida a la docencia, desde 1912 fue profesor de Física en la Universidad de Zúrich y entre 1919 y 1943 director de Física Teórica en la Universidad de Berlín.

Tras su jubilación en 1943, recibió el nombramiento de profesor honorario en la Universidad de Gotinga y desde 1951 dirigió el Instituto Fritz Haber de la Sociedad Max Planck en Berlín.

Cuando Alemania invadió Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial, el químico húngaro George de Hevesy disolvió las medallas de los premios Nobel Max von Laue y James Franck en agua regia, para así evitar que los nazis las robaran.

Tras la contienda volvió al laboratorio donde había guardado la solución y precipitó el oro para sacarlo de la mezcla y devolverlo a la Real Academia de las Ciencias de Suecia y la Fundación Nobel, que entregó nuevas medallas a Von Laue y a Franck.

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