Jeep Grand Cherokee SRT8, deportivo sin ostentaciones

  • El conductor puede elegir automáticamente entre 5 modos de conducción.
  • Su precio parte por debajo de la tarifa aplicada por sus competidores directos.
  • Este Jeep reacciona de forma tan directa a las órdenes del acelerador como los corredores al pistoletazo de salida, de ahí su poderoso sistema de frenado.
En comparación con sus competidores alemanes puede llegar a considerarse una ganga, que además cuenta con un equipamiento muy completo.
En comparación con sus competidores alemanes puede llegar a considerarse una ganga, que además cuenta con un equipamiento muy completo.
JEEP
En comparación con sus competidores alemanes puede llegar a considerarse una ganga, que además cuenta con un equipamiento muy completo.

La idea de los ingenieros de Jeep es que sus más de 2.400 kilos de peso en vacío distribuidos sobre un bloque aerodinámico de 2,15 metros de ancho y 1,75 metros de altura alcancen la marca de los 100 km/h en tan solo cinco segundos.

En esta disciplina el Grand Cherokee SRT8 apenas recorre 69 metros, una distancia para la que incluso el poseedor del récord del mundo precisa casi medio segundo más de tiempo. ¿Ha conseguido Jeep realmente dar el gran salto con este peso pesado?

En recta indudablemente. El motor de aspiración convencional de ocho cilindros sigue la tendencia de la reducción de cilindrada, se presenta con 6,4 litros de cilindrada y un par motor de 630 Nm y promete incrustar a sus ocupantes contra los asientos siempre que se presente la oportunidad.

Por este motivo, el conductor ha de ser cuidadoso a la hora de manipular el pedal de aceleración a fin de evitar que ya en el momento de desaparcar sus 468 CV provoquen males mayores en los automóviles colindantes.

Este buque insignia cargado de tradición reacciona de forma tan directa a las órdenes del acelerador como los corredores olímpicos al pistoletazo de salida en una carrera y gracias a su tracción integral traslada toda su potencia de forma inmediata al asfalto.

Discreto diseño deportivo

Y eso que el SRT no presenta un aspecto demasiado salvaje. La parrilla de fondo negro dividida en siete franjas, las llantas de aleación de 20 pulgadas, el spoiler y el difusor traseros, así como un sistema de escape de doble tubo son bellos testimonios de su fuerza y no distintivos exagerados de un proceso de tuning.

Las dos imponentes salidas de aire situadas en el capó solo se distinguen al contemplarlo más detenidamente, o desde el salpicadero, donde normalmente solo un par de logotipos SRT, el volante deportivo y los pedales de aluminio indican que se trata del 8 cilindros de gran volumen.

No hace falta ser un profeta para descubrir que, salvo la pista de ceniza de 100 m de longitud de los estadios olímpicos, tarde o temprano casi cualquier recta acaba en una curva y poder rodar rápido en línea recta —con el SRT se llega hasta los 257 km/h— es solo el principio.

Para poder manejar de forma adecuada este peso pesado en curva los ingenieros han decidido renunciar a su propósito original —causar una buena impresión en campo abierto— y han rebajado 30 mm su altura. Incluso el montaje de un cambio automático de cinco marchas convencional en lugar de una transmisión con reductora se puede considerar un traición a su carácter todoterreno.

Sin parpadeo del ESP

Esta reducción de altura, a ser posible junto con los amortiguadores rígidos del modo deportivo, permite un trazado de curvas sorprendentemente exacto para tratarse de un coloso, evita cualquier inclinación lateral excesiva y hace posible una aceleración forzada, sin que el indicador del ESP se vuelva loco en el salpicadero. A esto también contribuye el sistema de tracción integral activa.

Con el conmutador situado en la consola central en posición Sport la distribución del par motor cambia de paritaria a trasera y, en caso de que alguna rueda llegue a patinar, el sistema puede trasladar todo el par a una de las ruedas traseras. Para desacelerar a este monstruo los ingenieros han montado un sistema Brembo capaz de detener sus dos toneladas y media de peso en 35 metros desde los 100 km/h.

Lo que también puede detener a este Jeep es la falta de combustible, aunque según datos oficiales el SRT se conforma con 14,1 litros y, por lo tanto, resulta igual de poco eficiente que la versión de solo 354 CV. Sobre todo la desconexión de cilindros, y el funcionamiento en cuatro cilindros resultante de su activación, son los responsables de un ahorro de hasta el 13%.

Sin embargo, intentar recorrer los 680 kilómetros que teóricamente se pueden cubrir con su depósito de 93 litros de gasolina súper es casi una utopía, puesto que el SRT también es capaz de consumir 20 litros a los 100 km sin despeinarse siquiera. En funcionamiento diario, la media será más bien de 17 litros.

Una ganga completamente equipada

En cambio donde el SRT sí nos permite ahorrar dinero es en su precio de adquisición, si es que nos decantamos por él en lugar de por cualquiera de sus competidores alemanes.

Con un precio de salida de 84.000 euros, el Grand Cherokee se sitúa ligeramente por debajo de la tarifa aplicada por Mercedes-Benz y BMW por sus modelos X5 50i y ML 500 claramente menos potentes (400 CV); el Porsche Cayenne GTS de 420 CV es unos 15.000 euros más caro, aunque todos ellos ofrecen innumerables posibilidades en sus respectivas listas de extras. Además, los tres son al menos medio segundo más lentos que el Jeep.

Aquellos que deseen dejar atrás al Jeep con un Porsche, un Mercedes o un BMW tendrán que decantarse por las versiones superiores: el Cayenne Turbo, el ML 63 AMG o el BMW X5 M. En tal caso contarán con entre 30 y 90 CV más de potencia con los que podrán superar al Jeep en el tiempo de aceleración hasta en 0,3 segundos.

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