El exotismo añejo y truculento de los gabinetes de curiosidades

  • Un museo estadounidense rinde homenaje a las habitaciones y vitrinas, populares en los siglos XVI y XVII, que atesoraban objetos insólitos.
  • Precursores de los museos de historia natural, se surtían de objetos adquiridos por exploradores y aventureros.
  • Entre los objetos de la exposición hay visiones microscópicas, esqueletos y extracciones de dientes de la colección personal de Pedro I de Rusia.
Un hombre muestra una colección de calaveras en un daguerrotipo de mediados del siglo XIX
Un hombre muestra una colección de calaveras en un daguerrotipo de mediados del siglo XIX
Unknown maker, American - Gift of Hallmark Cards, Inc
Un hombre muestra una colección de calaveras en un daguerrotipo de mediados del siglo XIX

Podían ser habitaciones completas o vitrinas: los gabinetes de curiosidades atesoraban objetos insólitos, únicos y deseados, testimonios de la singularidad del mundo: el pico de un tucán, geodas, pinturas, grabados de historia natural, esqueletos, corales, nidos de pájaros, fetos con malformaciones... Los reyes y los nobles solían ser los propietarios de las reliquias, muchas procedentes de países remotos que los viajeros y los exploradores adquirían en sus misiones patrocinadas.

El museo estadounidense Nelson-Atkins, en Kansas City (Missouri), expone a partir del 12 de septiembre Cabinet of Curiosities: Photography & Specimens (Gabinete de curiosidades: fotografía y especímenes), una muestra  que rinde homenaje a las colecciones enciclopédicas del siglo XVI y XVII, minimuseos con aire exótico y extraordinario que los más afortunados podían permitirse el lujo de tener.

En una exploración de lo fascinante e inusual, la exposición recrea el collage de impulsos visuales que invadía los sentidos de quien entraba en una de esas salas atestadas de objetos.

Entre truculenta e instructiva

La imagen microscópica de un ácaro y de un copo de nieve contrastan con la de una captura telescópica de la Luna, los extraños ejemplos de radiografías, los esqueletos de animales y los dientes extraídos que pertenecieron al fondo personal de Pedro I de Rusia (1672-1725) aportan a la galería una atmósfera entre truculenta e instructiva.

Con la recreación del gabinete, el museo indaga en el interés que siempre tuvo el ser humano en coleccionar y enfatiza la relación de la fotografía y la ciencia con ejemplos de imágenes desde los comienzos de la fotografía hasta ahora.

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