Seis policías locales de Valencia pagarán una multa por vejar y lesionar al dueño de un bar

Seis agentes de Policía Local de Valencia han aceptado pagar una multa de entre 60 y 180 euros por vejar y lesionar al dueño de un bar ubicado en la calle Calatrava de la localidad. Asimismo, el propietario tendrá que afrontar el pago de 180 euros por una falta contra el orden público.

Seis agentes de Policía Local de Valencia han aceptado pagar una multa de entre 60 y 180 euros por vejar y lesionar al dueño de un bar ubicado en la calle Calatrava de la localidad. Asimismo, el propietario tendrá que afrontar el pago de 180 euros por una falta contra el orden público.

El juicio contra estos seis agentes de Policía comenzó el 4 de junio en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia, y la última sesión tuvo lugar este jueves. En esta jornada, cuando ya se habían practicado las pruebas propuestas, a falta de un testigo y de la documental, las partes del proceso llegaron a un acuerdo sobre los hechos y sus consecuencias jurídicas. Los acusados pagarán una multa y, además, una indemnización de 10.000 euros al dueño y a su hijo —a quien también lesionaron—.

De esta forma, se ha declarado probado, por conformidad de las partes, que sobre las 00.20 horas del día 7 de octubre de 2007, dos agentes de Policía Local de Valencia, debidamente uniformados y en el ejercicio de sus funciones como vigilantes de la Disciplina Urbanística, se presentaron en el local regentado por la víctima, 'Café Bahiano'.

Los policías pidieron al dueño la documentación, pero éste no la entregó de forma inmediata porque estaba atendiendo a los clientes del local. En se momento, uno de los policías intentó golpear con la tarjeta al propietario y le indicó: "gordo de mierda, sal fuera si te atreves, sal de la barra", y expresiones como "sudaca de mierda". Por su parte, el encargado del local le comentó a un agente: "calvo de mierda, vete de aquí, solo venís a molestar".

Transcurridos unos 15 minutos, estos dos agentes volvieron a entrar en el establecimiento junto con cuatro compañeros más. Asimismo, otros dos se quedaron en la puerta para garantizar la actividad de sus compañeros y asegurar el desalojo posterior de la clientela.

Los agentes pidieron nuevamente la documentación al dueño, y éste la dejó encima de la barra. Cuando el encargado se negó insistentemente al requerimiento "inapropiado" de un policía para que saliera fuera de la barra y decidió marcar el 091 con su móvil para solicitar la presencia de la Policía Nacional, el agente se introdujo por debajo de la barra y le arrebató de un manotazo el teléfono.

Posteriormente, el agente, con la ayuda de otros compañeros, le tiraron al suelo y le produjeron lesiones. Cuando el hijo de la víctima vio lo que hacían con su padre, trató de grabarlo con el móvil al tiempo que pedía explicaciones por la "desproporcionada" actuación.

Ante ello, otro policía se metió también dentro de la barra para arrebatarle el móvil, lo cogió del cuello y, con la ayuda de un compañero, le golpearon y le tiraron al suelo hasta que lo inmovilizaron. Luego le pusieron los grilletes.

Como consecuencia de la acción "desmesurada" de los agentes, "que se excedieron de las funciones propias e inherentes a su condición de agentes de la autoridad", el dueño del local sufrió contusiones en la rodilla izquierda y distensiones en muñeca, codo y hombro; mientras que su hijo registró molestias cervicales postraumáticas.

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