Acaba de ser constituida en Sevilla una coordinadora universitaria formada por profesores, personal de administración y servicios de la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide, así como subcontratas y fundaciones, con el objetivo de organizar una serie de actividades en septiembre en señal de protesta ante el "desmantelamiento" de la universidad pública, y con la intención de las que las movilizaciones "se extiendan al resto de Andalucía, y se sumen otras universidades a nivel estatal".

La coordinadora ha sido constituida este jueves en el marco de una reunión en la Facultad de Psicología y fuentes de la misma quieren dejar claro que "es totalmente independiente de los sindicatos". A dicha reunión han asistido distintos sectores de la Hispalense y la Olavide como representantes de personal docente e investigador (PDI), personal de administración y servicios (PAS), además de representantes de empresas de servicios y fundaciones.

Estas mismas fuente han explicado a Europa Press que "se preparan las movilizaciones de cara a septiembre", y como además, hay muchas categorías diferentes, personal de administración y servicios y profesorado, "vamos a ir analizando las reivindicaciones generales y las de cada categoría, las más específicas", de modo que la idea es que a mitad de septiembre, sobre el día 18, "se celebre una asamblea multitudinaria, en la que decidamos cuándo empieza la huelga".

Sobre el porqué de esta iniciativa, la coordinadora apunta que, desde hace tiempo, "se viene pensando que no es suficiente con un día de huelga general aislado o manifestaciones aisladas, y que hay que ir más allá, porque ya ha pasado la primera fase de movilizaciones, no nos echan cuenta y tenemos que aumentar la presión", al igual que en Madrid "se está hablando de una huelga indefinida en el sector de la educación a partir del 17 de septiembre, o la convocatoria del sindicato de estudiantes de una huelga del 2 al 4 de octubre", añaden.

La idea "es impulsar actos protesta para el curso que viene, sin descartar la convocatoria de una huelga como forma máxima de expresar el descontento frente al desmantelamiento de la Universidad Pública, desde un sector que desde hace años mantiene puestos de trabajo inestables a pesar de que la demanda ciudadana exige un considerable aumento de la calidad de la docencia y los servicios en el marco de un Plan Bolonia casi olvidado", concluye la coordinadora.