Un corto español independiente alcanza el éxito a través de Internet

Cuando Guillermo Zapata terminó la postproducción de su cortometraje Lo que tú quieras oír entre julio y septiembre del año pasado, no tenía muy claro cómo iba a promocionarlo. Los festivales de cortos eran una buena opción, pero Zapata decidió apostar por Internet para darlo a conocer en primer término.
El cortometraje está protagonizado por Fátima Baeza. (Elvira Megías)
El cortometraje está protagonizado por Fátima Baeza. (Elvira Megías)
ELVIRA MEGÍAS
El cortometraje está protagonizado por Fátima Baeza. (Elvira Megías)

Este madrileño de 27 años vio en Internet una forma ideal para promocionar su corto, aunque no se podía imaginar hasta qué punto.

El cortometraje Lo que tú quieras oír no sólo es interesante en sí mismo sino también por su licencia y, sobre todo, por cómo ha conseguido ganar popularidad a través de Internet hasta conseguir 150.000 visitas en YouTube, la popular web de vídeo.

Lo que tú quieras oír es un cortometraje no amateur para el que su director siempre planificó una licencia Creative Commons, no comercial, lo que permite copiarlo, distribuirlo o mostrarlo libremente sin fines comerciales.

Además de encontrarse en YouTube, en la web www.loquetuquierasoir.com se ofrece la posibilidad de descargarlo en varios formatos.

Guillermo Zapata explica en su blog las razones que en un primer momento le llevaron a la promoción del corto únicamente a través de la Red. Su incorporación a YouTube fue fundamental. De hecho, como él mismo explica, las visitas a la web oficial están relativamente estancadas mientras las del vídeo en YouTube no dejan de crecer.

En junio de este año, cuando llevaba poco más de dos meses colgado, el cortometraje llegaba a las 20.000 visitas en YouTube.

A partir de esa fecha, su crecimiento ha sido espectacular pasando en otros tres meses de 20.000 al 150.000.

El autor considera que el éxito se debe a que multitud de blogs (como Barrapunto, Blog de cine o Moonfleet), foros y listas de correo, entre otros grupos, decidieron hablar de él y promocionarlo en la medida de sus posibilidades.

La protagonista es Fátima Baeza, que encarna el papel de Sofía, una joven que, a raíz de un mensaje que le dejan en el contestador, debe decidir si quiere vivir en la realidad o construir su propio mundo paralelo.

Una historia de poco más de seis minutos que ha demostrado cómo Internet ha ampliado las formas de comunicación convencionales creando un canal paralelo más enriquecedor en la mayor parte de las ocasiones. También cómo las licencias abiertas contribuyen a la difusión sin barreras del arte.

Música Creative Commons

Felipe Vara de Rey es uno de los compositores de la música que se puede escuchar en Lo que tú quieras oír. Es miembro del grupo SambadaRua, que también realiza sus canciones bajo licencia Creative Commons. También dio el salto a la dirección recientemente. ¿El resultado? Un corto que ya está terminado, que también será copyleft y que pronto podrá descargarse del propio blog del director y, suponemos, de Youtube.

A su vez, tanto él como el propio Guillermo Zapata están involucrados en Lakermes, un grupo formado también por algunos miembros de la banda de hip hop Hechos contra el decoro y que cuelga sus canciones de forma gratuita en su página web.

Otros que caminan por la misma senda

Guillermo Zapata no es el único cineasta con la suficiente perspicacia como para percibirse del enorme potencial de comunicación que tiene Internet.

Así, Nacho Vigalondo, el cántabro que se vistió de esmoquin y se paseó en un Mustang descapotable por las calles de Los Ángeles con motivo de su nominación al Oscar al Mejor Cortometraje de 2004, también es un gran aficionado a la Red.

Después de la resaca de la fama que le supuso ‘7:35 de la mañana’, Vigalondo abrió su propio blog, en el que, además de interesantes reflexiones sobre el universo cinematográfico, también cuelga sus propias obras, sin ningún tipo de copyright (en una interesante entrevista en Consumer.es, reconoció que todavía no aplicaba las licencias copyleft porque no había tenido tiempo de sumergirse en los entresijos del Creative Commons).

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