El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se comprometió este lunes con la dirección federal de su partido a endurecer la línea de oposición del partido, siendo tajante al asegurar: "El Gobierno nos tendrá enfrente".

Rubalcaba presidió en la sede nacional del partido en Madrid la primera reunión de su Ejecutiva después de las críticas de la semana pasada de algunos sectores del PSOE descontentos con la tibieza con la que, a su juicio, los socialistas están ejerciendo la oposición.

Un malestar que se plasmó de manera especial el pasado miércoles tras la primera respuesta de Rubalcaba al discurso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el que anunció el 'hachazo' más duro en las cuentas públicas hasta el momento, con medidas como el recorte en la prestación por desempleo, la subida del IVA o la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios para este año.

El entorno de Rubalcaba, sin embargo, ha negado que este giro obedezca a las presiones de los sectores más críticos del PSOE, como los socialistas catalanes y madrileños, que llevan algún tiempo reclamando una oposición más contundente.

Rubalcaba explicó al núcleo duro de su partido que quiere ejercer una oposición responsable y con sentido de Estado. Por ello, recalcó, ha intentado buscar grandes acuerdos con el Gobierno y con el PP, aunque el Ejecutivo no ha aceptado esa mano tendida.

Esta postura del Gobierno contraria a pactar con las comunidades autónomas, los agentes sociales o los colectivos afectados por los ajustes llevó este lunes al portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, ha anunciar que rompe su colaboración con el PP y con Mariano Rajoy pese a ser socios de Gobierno en Cataluña. De esta forma, CiU votará en contra del último plan de ajuste con el resto de la oposición.

Durante la reunión de la Ejecutiva los socialistas han acordado también convocar al Comité Federal del PSOE -máximo órgano de gobierno del partido entre congresos- para el 8 de septiembre. La convocatoria se ha efectuado con tanta antelación porque, en principio, la Ejecutiva no volverá a reunirse hasta los primeros días de septiembre, y ya no habría tiempo suficiente para hacerlo con la antelación que se requiere.