Los municipios que hicieron los deberes y apostaron por la energía generada por placas fotovoltaicas ahora logran ahorrar miles de euros. Los ayuntamientos han invertido en los últimos años en la instalación de esta tecnología, que ya abastece a edificios consistoriales, polideportivos, viviendas protegidas e incluso cementerios. Algo remarcable en tiempo de crisis y de falta de financiación.

Barcelona tiene 50 dependencias municipales con energía fotovoltaica, lo que supone unos 8.000 m2 de instalaciones que generan unos 975 megawatios/hora cada año. Equivale al consumo de 450 viviendas al año o a la energía eléctrica que gastan 1.950 frigoríficos.

Según relataba la directora de Energia i Qualitat Ambiental del Ajuntament de Barcelona, Cristina Castells, la ciudad es pionera en Europa en cuanto a energía térmica se refiere. Así, en la construcción de edificios municipales como, por ejemplo, centros deportivos, se logra el agua caliente sanitaria sin ningún coste. Supone un ahorro del 60% de lo que gastaría el edificio.

Sant Cugat ha logrado ingresar 25.000 euros gracias a las instalaciones fotovoltaicas del tejado del Ayuntamiento y de las farolas y la pérgola del parque Ramon Barnils (93.298 kWh en 2011). Santa Coloma dispone de 1.260 m2 de paneles solares fotovoltaicos y 2.500 m2 de térmicos, lo que supone un ahorro anual de un millón de kw/hora, el equivalente al consumo de 145 familias. En Badalona, en 2011 se han alcanzado los 33 m2/1.000 habitantes, cuando en 2004 eran prácticamente inexistentes.

También las empresas han optado por la energía solar. La planta de Seat en Martorell dispone de la mayor instalación sobre cubiertas de España, con 40.000 paneles solares.