El Supremo de Estados Unidos avala la parte central de la reforma sanitaria de Obama

  • Obliga a los estadounidenses a contratar a partir de 2014 un seguro médico.
  • Quedarán incorporados al sistema casi 50 millones de ciudadanos sin cobertura.
  • El tribunal considera inconstitucional el "mandato individual" bajo la Ley federal de Comercio, pero lo ve constitucional sobre la base de la ley impositiva.
El presidente de EE UU, Barack Obama, pasea junto a su mujer.
El presidente de EE UU, Barack Obama, pasea junto a su mujer.
Kristoffer Tripplaar / EFE
El presidente de EE UU, Barack Obama, pasea junto a su mujer.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha declarado este jueves constitucional la parte central de la reforma sanitaria del presidente Barack Obama, que obliga a los estadounidenses a contratar un seguro médico. El jefe del Supremo, John Roberts, inclinó la balanza, 5 a 4, para que el llamado "mandato individual" siga adelante, aunque el Congreso deberá revisar su aplicación concreta.

La reforma obliga a los estadounidenses a contratar a partir de 2014 un seguro médico, algo que abarataría un sistema que no provee sanidad pública a todos sus ciudadanos pero cuyos hospitales están obligados a atender a todo el mundo aunque no dispongan de ningún tipo de cobertura.

El conocido como "mandato individual" de la ley corría el riesgo de quedar invalidado, empañar la esencia de la reforma de Obama y complicar su viabilidad. La compleja sentencia, que solo obliga a determinados ajustes, supone una victoria para el Gobierno de Barack Obama.

El propio presidente consideró como "una victoria de todos" la decisión del Tribunal Supremo de avalar su histórica reforma sanitaria y pidió que no se reabran las discusiones políticas que dividieron al país durante su tramitación.

"No hice esto pensando que era bueno políticamente; lo hice pensando que era bueno para el conjunto de la Nación", indicó el presidente en una declaración desde la Casa Blanca, en la que recordó los beneficios que la ley aporta a cada ciudadano.

Romney, en pie de guerra

Por su parte, el virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, afirmó que revocará y reemplazará la reforma sanitaria del Gobierno de Barack Obama. La decisión "fue mala política ayer y es mala política hoy (...), es importante que la revoquemos y reemplacemos con una verdadera reforma", subrayó Romney desde un edificio cercano al Capitolio en Washington.

Según el exgobernador de Massachusetts, la reforma aumenta los impuestos, reduce los beneficios para el programa "Medicare" para ancianos y jubilados y añade miles de billones de dólares al déficit y la deuda nacional.Romney se hizo eco de las críticas de los conservadores de que la reforma sanitaria es una amplia y costosa intrusión del Gobierno federal, y que reduce las opciones de los estadounidenses para mantener el seguro y el médico que deseen.

Para el virtual candidato republicano, la única forma de anular la ley y reemplazarla con una "verdadera reforma" que reduzca los gastos de salud es derrotando a Obama, candidato demócrata a la reelección, en las urnas el próximo 6 de noviembre. A lo largo del proceso de primarias republicanas, Romney prometió que anularía la reforma sanitaria si gana la presidencia de EEUU.

La publicación de la sentencia ha venido rodeada de una gran expectación, y una confusión inicial, toda vez que los jueces del Supremo consideraron inconstitucional el argumento del "mandato individual" bajo la Ley federal de Comercio. Los jueces consideraron que esa ley no autoriza al Congreso a imponer a todo ciudadano la obligación de contratar un seguro.

Pero el Supremo indicó que el mandato puede mantenerse sobre la base de otra ley, la impositiva, considerando que las multas previstas contra quienes rehúsen contratar un seguro pueden ser consideradas en realidad un impuesto. Así pues, el Congreso deberá ajustar aspectos técnicos de la ley para que la obligación sea caracterizada como un impuesto. La sentencia, aunque rechaza detalles, mantiene viva en su sustancia la importante reforma sanitaria impulsada por Obama en sus puntos clave.

Abaratar el sistema sanitario

El "mandato individual", que tenía que entrar en vigor en 2014, imponía una multa a todos aquellos que se negasen a contratar un seguro médico privado. Asimismo, el Supremo ha declarado constitucional la expansión de la cobertura pública del Medicaid para los más desfavorecidos, aunque restringe los poderes del Gobierno federal para sancionar financieramente a los estados que no cumplan con la expansión de este programa social.

El Supremo considera que no se puede retener la totalidad de los fondos de este programa a aquellos estados que se nieguen a ampliar sus servicios médicos a las familias de bajos ingresos.  La dividida votación de los nueve jueces del Supremo avala la potestad del Congreso para requerir a los estadounidenses a que adquieran un seguro médico, algo que era utilizado por los adversarios de la reforma como principal argumento en contra.

El objetivo de la reforma sanitaria de Obama es que el sistema sanitario se abarate, al incorporar a casi la totalidad de los 50 millones de ciudadanos sin cobertura médica, al tiempo que se pone orden en un sector clave para el economía del país, que representa el 18 por ciento del PIB.

Obama creyó que había perdido

Obama, creyó en un primer momento que el Tribunal Supremo había invalidado su reforma sanitaria, ya que varios medios informaron en un principio de que se había declarado inconstitucional la cláusula fundamental de la ley.

Al comenzar la lectura de la sentencia, el presidente del tribunal, el juez John Roberts, indujo a error a muchos medios al calificar como inconstitucional, sobre la base de la ley de Comercio, la disposición que introduce la obligación para todo estadounidense de contratar un seguro médico so pena de multa. Pero, a continuación, explicó que el Supremo puede aceptar esa disposición si las sanciones que contempla se consideran un impuesto y no una multa, algo sobre lo que el Congreso puede legislar.

En la confusión inicial, y mientras varios canales de información continua afirmaban que la cláusula sobre la obligatoriedad del seguro médico había sido invalidada, Obama se mantuvo en calma, pero pensó que había perdido.

En ese momento entraron en la habitación donde estaba el presidente una de sus asesoras legales, Kathryn Ruemmler, y su jefe de gabinete, Jack Lew, con el pulgar hacia arriba en señal de victoria.

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