Grecia y Portugal quieren suavizar los ajustes que piden el FMI y la UE a cambio del rescate

Combo de fotografías de los primeros ministros de Portugal y Grecia, Passos Coelho (izquierda) y Antonis Samaras, respectivamente.
Combo de fotografías de los primeros ministros de Portugal y Grecia, Passos Coelho (izquierda) y Antonis Samaras, respectivamente.
EFE
Combo de fotografías de los primeros ministros de Portugal y Grecia, Passos Coelho (izquierda) y Antonis Samaras, respectivamente.

Durante este fin de semana, los Gobiernos de Grecia y Portugal se han mostrado más reticentes que nunca a continuar aplicando a rajatabla las medidas de austeridad exigidas por la troika —compuesta por representantes de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional—, indispensables para recibir el préstamo de sus respectivos rescates.

El primero en poner en jaque los acuerdos con Europa y el FMI ha sido Grecia, que en el programa del gobierno ha pedido ampliar en dos años el plazo acordado para cumplir los ajustes, así como ha indicado que no se despedirán más funcionarios ni se bajarán más los salarios mínimos ni pensiones.

Tras Grecia ha llegado el turno de Portugal. El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, ha descartado que el Gobierno apruebe más medidas de austeridad para compensar la fuerte caída de los ingresos fiscales y que hace peligrar el objetivo de déficit para este año.

En una rueda de prensa celebrada en Bogotá (Colombia), donde se ha reunido con el presidente, Juan Manuel Santos, Passos Coelho ha aclarado que esta disminución de los ingresos fiscales "no implica que sea una tendencia continuada durante el resto del año".

En el caso contrario, el primer ministro de Portugal sí ha dejado entrever que "se precisarían nuevos recortes", según ha recogido el periódico portugués Público.

Tras el aumento del déficit en un 35% con respecto al año pasado, Passos Coelho ha abogado por "examinar cuidadosamente lo que está sucediendo en el lado de los ingresos a fin de evaluar en qué medida esto puede afectar al objetivo de déficit" del 4,5% para este año.

"Es demasiado pronto para estar hablando de medidas de austeridad", ha insistido Passos Coelho, que ha reafirmado el compromiso del Gobierno con la reducción del gasto público. "El proceso de consolidación es un proceso que tiene vicisitudes y riesgos que debemos tener vigilados", ha añadido.

"Sabemos que vamos por buen camino. Sabemos que la única manera de demostrar nuestro nivel de compromiso con los objetivos que se plantean es la consolidación presupuestaria, en especial, por el lado del control del gasto público", ha esgrimido el 'premier' portugués.

Passos Coelho ha explicado que la caída de los ingresos fiscales responde a una disminución de la actividad económica y, por ende, de los ingresos que ella genera.

Grecia pide más tiempo para cumplir

En Grecia, el nuevo Ejecutivo del conservador Antonis Samaras pedirá ampliar "al menos en dos años", es decir, hasta 2016, el plazo acordado con la troika para cumplir el plan de reformas y ajustes fiscales, según el texto del programa del gobierno hecho público.

Además de una prórroga de los plazos, Samaras prevé solicitar a los socios europeos otras modificaciones del pacto de austeridad acordado con la Unión Europea (UE) y el FMI, como poder dejar en suspenso las reducciones de los salarios mínimos y de las pensiones de jubilación, previstas inicialmente para este mes de junio. "La reducción de empleados en el sector público debe tener lugar solo por el no reemplazo de los funcionarios que son jubilados", se precisa en el texto.

En el pacto de austeridad, se incluyó el compromiso de que Atenas reduzca en 150.000 el número de sus funcionarios públicos. El actual gobierno tiene programado "mejorar el funcionamiento del sector público fusionando servicios non rentables y trasladando a sus funcionarios a otros cargos".

Además, intentará restablecer los acuerdos salariales colectivos, evitar nuevos recortes de sueldos y pensiones, aumentar el nivel de los ingresos mínimos anuales libres de impuestos, y reducir el número de los funcionarios sin proceder a despidos.

El programa prevé extender el pago del subsidio de desempleo de uno a dos años, y ofrecer asignaciones a los trabajadores autónomos sin empleo.

La propuesta confrontará a Atenas con los socios de la zona del euro reacios a renegociar el paquete de severas medidas de ahorro a cambio del préstamo de 130.000 millones de euros para salvar a Grecia de la bancarrota, aunque algunos sí se han mostrado dispuestos a tener cierta flexibilidad.

La mayor parte de las medidas incluidas en ese pacto habían sido exigidas por la troika como condiciones sine qua non para el pago de la gigantesca ayuda necesaria.

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