El acusado de degollar a su mujer es "un asesino inteligente" sin crimen perfecto, según el fiscal

Cree que la esposa y la amante fueron "víctimas de la situación" que el procesado "no era capaz de definir" y la defensa defiende que "falta un móvil" del crimen
El Acusado De Degollar A Su Mujer En La Torrecilla (De Espaldas)
El Acusado De Degollar A Su Mujer En La Torrecilla (De Espaldas)
EUROPA PRESS
El Acusado De Degollar A Su Mujer En La Torrecilla (De Espaldas)

Carlos W.T., de 30 años y de nacionalidad ecuatoriana, acusado de matar a su mujer, con 29 años, cuyo cadáver fue encontrado degollado en un descampado, en Córdoba, en mayo de 2011, es "un asesino inteligente", al que le ha faltado "el punto para cometer un crimen perfecto", pues, los agentes de la Policía hallaron junto al cadáver dos trozos de guantes de látex con restos genéticos de ambos y sangre de ella.

Así ha resumido el fiscal este caso en su informe final, y que el jurado tendrá que deliberar en las próximas horas. En concreto, el fiscal ve "absolutamente ilógica" la versión de Carlos ante el juez argumentando que durante la madrugada del 15 de mayo en la que sucedieron los hechos se había dedicado a poner una lavadora, dar vueltas por la ciudad con su amante buscando a su mujer, lavar el coche pese a que horas antes ya lo había lavado y por la mañana no acudir a la Policía a alertar de la supuesta desaparición después de pedírselo la amante.

Entre los detalles que cita para incriminarle la supuesta comisión del asesinato, el fiscal califica "de deleznable y sorprendente" que Carlos cambiara el seguro de vida para que al morir su esposa quedara abonada la hipoteca del piso que compartían; es "falso" que tuvieran preparados los papeles de divorcio; las llamadas que hace esa madrugada "las borra para mentir" y "no estaba donde dice que estaba"; el ordenador no lo encendió, según informes policiales, pese a que él dijo que sí; se contradice en sus versiones, y principalmente advierte de que los trozos de guantes de látex confirman, a juicio del fiscal, que Carlos estuvo en el lugar del crimen.

Al respecto, el fiscal razona que Carlos tenía "un agobio tremendo por resolver su situación" al mantener dos relaciones sentimentales, una de ellas con su mujer y la otra con la amante, motivó por el cual le llevó a "acabar con la vida" de su mujer. Es más, cree que la amante fue "absolutamente utilizada" por él la madrugada de los hechos, de modo que ambas fueron "víctimas de la situación que Carlos no era capaz de definir".

Además, señala que fue "un asesinato con alevosía", al matar a la víctima "en un ataque sorpresa", pues, ella "no sabía que la iban a matar"; al tiempo que destaca que el presunto asesino aprovechó las circunstancias, con un camino a oscuras y sin presencia pública, así como contar con la agravante de parentesco.

"una verdad científica"

Por otra parte, la acusación particular en su informe final ha destacado que la mujer "no se podía esperar nunca que fuera asesinada por su marido", a lo que añade que la sangre hallada en el trozo de guante junto al cadáver "es una verdad científica", por lo que fue Carlos "quien asesinó a su mujer", según concluye.

Mientras, las acusaciones populares ejercidas por la Abogacía del Estado y la Junta han detallado, respectivamente, que la versión del único procesado "no es coherente" y él no ha declarado en ningún momento del juicio: "soy inocente"; y, en segundo lugar, que "Carlos vivía una relación tormentosa con su mujer y le estorbaba para su otra relación" y cuando los agentes le mostraban las pruebas "él tenía asimilado que había matado a su mujer", pese a montarse "una historia para engañar".

Entretanto, la defensa ha pedido la libre absolución, pues, a su juicio, "falta un móvil" que justifique el crimen, además no existen agravantes y "es imposible que Carlos matara a su mujer" y en un espacio de tiempo de 30 minutos "tirara el bolso" de la víctima, "escondiera el arma", llegara a casa, pusiera una lavadora y se duchara, para posteriormente quedar con la amante, por lo que, según la defensa, "difícilmente pudo estar en el lugar de los hechos", que se encuentra a unos minutos de la casa donde ambos residían.

Lo niega

Entretanto, el único acusado en este caso ha negado que cometiera los hechos y dice que no tiene conocimiento de quién pudo asesinar a su esposa, a la que le planteó el divorcio días antes del suceso mortal, pues mantenía otra relación con una amante, quien ha relatado que ella le insistía para que dejara a su mujer, que, según su testimonio, el procesado le contó que sufrió malos tratos por parte de su esposa.

Según la versión de Carlos sobre la noche y madrugada de los hechos, él cenó con su mujer, después fueron a distintos puntos de la ciudad y tras ello llegaron a casa, donde él se puso a escuchar música en el ordenador, a pesar de que, según informes técnicos, el ordenador no se encendió esa noche, y ella le dijo que se iba "a dar una vuelta y a pensar", sobre los acontecimientos de los últimos meses por la irrupción de una tercera persona en la relación.

Pena de 20

Años de prisión

El fiscal y las acusaciones particular y populares solicitan una pena de 20 años de prisión para el acusado por la supuesta comisión de un delito de asesinato con la agravante de la circunstancia de parentesco y aprovechamiento del lugar y tiempo, según recoge el escrito de acusación fiscal, en el que también solicita 145.000 euros de indemnización para la madre de la víctima.

En concreto, el acusado mantenía un relación con su mujer, J.M.O.O., aproximadamente desde el año 1996 cuando se conocieron en Ecuador. En febrero de 2002 Carlos llegó a España y se instaló en Córdoba mientras que su mujer llegó en diciembre de ese mismo año.

Desde el año 2002 hasta la fecha de los hechos, el 15 de mayo de 2011, Carlos y su mujer convivieron en el mismo domicilio, propiedad de ambos, en una relación sentimental "aparentemente normal", si bien en el mes de noviembre de 2010 Carlos supuestamente comenzó una relación con otra mujer, J.K.I.J., manteniendo ambas relaciones con "tranquilidad", según el procesado.

Sin embargo, en febrero de 2011 su mujer tuvo "sospechas de la existencia de una tercera persona" y supo quién se trataba, por lo que "desde entonces la relación con Carlos se fue deteriorando", incluso "hablaron de separarse, aunque decidieron continuar la convivencia ya que no tenían medios suficientes para subsistir por separado".

No obstante, a principios de abril de 2011, Carlos, "consciente de que era muy complicado romper la relación con su mujer y empezar una nueva vida" con la otra mujer, "decidió terminar con la vida" de J.M.O.O. y "comenzó a planificar el mejor modo de llevarlo a cabo".

Día de autos

El día 14 de mayo, el acusado y su mujer supuestamente tuvieron una discusión, si bien posteriormente cenaron juntos en un restaurante de la capital sobre las 22,30 horas, aunque "antes de salir de casa, cogió un par de guantes de látex con el fin de evitar huellas cuando le diera muerte y un cuchillo de 20 centímetros que debió esconder en el coche".

Ambos estuvieron en el restaurante hasta las 0,15 horas del 15 de mayo y tras salir del local, el acusado, "con el fin de consumar su acción criminal", le dijo a su mujer que "fuesen a dar una vuelta". Así, "con la finalidad de encontrar un sitio apartado con el que culminar con éxito su propósito", llevó a la víctima en su coche hacia un camino paralelo al río Guadalquivir, hasta llegar a "una zona oscura, tranquila y alejada" y se bajaron del vehículo en torno a las 1,00 horas.

En este momento, el procesado "aprovechó para esconder entre sus ropas el cuchillo y coger los guantes de látex que llevaba preparados" y, según detalla el fiscal, "aprovechando la oscuridad de la zona, Carlos se puso los guantes y sacando el cuchillo" supuestamente llegó a asestarle cuatro puñaladas, con una de las cuales degolló a la víctima, y falleció de manera "inmediata".

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