El Ayuntamiento de Madrid dejará de recoger la basura orgánica los domingos y los festivos a partir de 2013. Desde esa fecha, los contenedores amarillos donde se depositan los residuos de plástico para su reciclaje solo serán retirados una vez cada tres días. A cambio de este descenso del servicio, los madrileños pagarán menos por la tasa de basuras.

Ana Botella y el delegado de Medio Ambiente, Antonio de Guindos, hicieron oficial este jueves la modificación del servicio adelantada por la propia alcaldesa hace solo dos días y que el Ayuntamiento calificó de "posibilidad en estudio".

Esta se aplicará en toda la ciudad pese a que el contrato que rige el servicio en la mayoría de distritos de la capital (Centro, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán, Chamberí y algunas zonas de Fuencarral-El Pardo y Moncloa) no vence hasta 2020. Este contrato, en manos de la empresa FCC, será modificado. A su vez, el contrado de las zonas periféricas, que vence a finales del presente año y que hoy también pertenece a FCC, ya contendrá las nuevas cláusulas.

El nuevo sistema afectará tanto a los edificios como a los locales, lo que ya ha desatado las protestas de la oposición y los sindicatos, que advierten que la basura se acumulará aún más en las calles de la ciudad.

La razón de este recorte del servicio no es otra que la necesidad de Madrid de ahorrar costes para cuadrar sus cuentas y cumplir con el objetivo de déficit. El Ayuntamiento, que acumulaba 1.017 millones en facturas sin pagar (la mayor mora de todos los consistorios españoles) se acogió a la línea de crédito especial habilitada por el Gobierno central. A cambio, Ana Botella tuvo que presentar un plan de ajuste que incluía la subida de las tasas y los precios públicos y que contemplaba que los contenedores amarillos dejasen de recogerse todos los días.

El Consistorio estima que la reducción del servicio le supondrá 9 millones de euros de ahorro, un 8% del total del coste. Sin embargo, la tasa de basuras no bajará para los madrileños en la misma proporción. Según el delegado de Medio Ambiente, la factura descenderá una entre el 5% y el 6%, entre 2 y 3 euros menos al año.