Una oficina alberga hasta 400 veces más gérmenes que la taza de un váter, según un estudio

  • Los microbios se concentran especialmente en puertas, barandillas, máquinas distribuidoras y en los botones del ascensor.
  • La investigación se realizó en Francia entre 250 empresas de distintos tamaños.
  • Lavarse las manos antes de comer en el trabajo puede reducir el riesgo de contaminarse un 30%, según concluyen los autores del informe.
Una empleada en su puesto de trabajo.
Una empleada en su puesto de trabajo.
GTRES
Una empleada en su puesto de trabajo.

El número de gérmenes presentes en una oficina media es 400 veces superior al que hay en la taza de un váter, esta peculiar conclusión es uno de los datos vertidos por el estudio La gestión del bienestar y de la salud de los asalariados en su trabajo, —realizado por la compañía de productos de higiene Kimberly-Clark Professional—.

El informe —elaborado con datos de 250 empresas francesas de todos los tamaños— señala que el 20% de los franceses ha contraído alguna vez una enfermedad de tipo contagioso en su lugar de trabajo, según un estudio divulgado este lunes, en el que se atribuye el hecho a la falta de medidas básicas de higiene.

Los autores de la investigación señalaron que más de la mitad de los franceses que sufrieron esas infecciones mientras trabajaban había pedido la baja laboral.

Eso correspondería a unas pérdidas para cada empresa, derivadas del absentismo y de la falta de productividad asociada, de 1.000 euros por año y asalariado.

¿Dónde se concentran los microbios?

Además, las zonas con una mayor concentración de microbios a tenor de los resultados son lugares quizá poco evidentes como las puertas (38%), los botones del ascensor (20%), las barandillas (14,5%) y las máquinas distribuidoras (10,5%).

A la vista de esas cifras, los responsables del informe recordaron que gestos muy simples, como lavarse las manos antes de comer —algo que admitía no hacer el 25 % de los hombres encuestados—, pueden reducir el riesgo de contaminación en hasta un 30%.

De hecho, un experimento llevado a cabo en una de las empresas clientes de Kimberly-Clark —que incluía iniciativas como la presencia de carteles informativos o el cambio de toallas por servilletas de papel en el baño— logró una caída del absentismo del 40% tras once semanas de adaptación a las nuevas condiciones.

Lavarse las manos, un gesto saludable

"Si tenemos en cuenta que una persona se mete la mano en la boca de media dos veces por hora, es fácil entender cómo los gérmenes que están en el ambiente y en los objetos llegan al tubo digestivo", explicó el cardiólogo y nutricionista Frédéric Saldmann, encargado de elaborar los consejos de higiene para el informe.

"Está larga y científicamente demostrado que lavarse sistemáticamente las manos tras usar el baño y antes de comer reduce de forma notable el riesgo de afecciones respiratorias y digestivas", concluyó Saldmann, tan convencido de lo "esencial" de su consejo que ha titulado así el libro del que es autor: Nos lavamos las manos.

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