Si las quejas presentadas por los ciudadanos sirven como un indicador de lo que funciona peor, en el caso de los madrileños no cabe duda: lo más preocupante es la Administración de Justicia y la seguridad ciudadana, seguido muy de cerca por los servicios sanitarios. La Defensora del Pueblo recibió durante el año pasado 5.433 quejas formales procedentes de personas físicas o jurídicas de la región, según el Informe Anual presentado por esta institución ante las Cortes.

De ellas, 1.101 se engloban en el epígrafe de "Seguridad y Justicia" y 1.029 se refieren a "Sanidad y Política y Social". A continuación, preocupa la administración económica (principalmente, la subida de impuestos), la ordenación territorial (problemas de vivienda o proyectos urbanísticos) y la educación o cultura.

Esta institución, creada por mandato constitucional, es la última vía a la que recurren los ciudadanos cuando ya han agotado todas las fórmulas de reclamación ante una administración pública. La oficina del Defensor (dirigida actualmente por M.ª Luisa Cava de Llano) no tiene capacidad de sancionar ni puede obligar a las administraciones a cambiar sus políticas, pero sí puede investigar sus actividades y pedirles explicaciones públicas.

Durante 2011, la lentitud de la Justicia le dio mucho trabajo. Los madrileños protestaron por las "dilaciones indebidas" de los tribunales y la Defensora llegó a pedir "más medios humanos y materiales" para solucionar el atasco de los registros civiles de Parla, Alcorcón, Alcalá, Torrejón o Villalba. En cuanto a seguridad ciudadana, los botellones y la prostitución en Chamberí, Alcalá o Marconi centraron el descontento de los vecinos.

La sanidad también removió la indignación. Lo más denunciado fue la lista de espera hospitalaria (principalmente, en la fecundación in vitro), las demoras en los traslados en ambulancia y las largas esperas en Urgencias.

Pero si algo saturó el correo de la Defensora fueron los olores del vertedero de Valdemingómez y la tasa de basuras de la capital, "un mero recargo del IBI", según el informe.

El catastrazo, también provocó decenas de reclamaciones de contribuyentes alarmados por la subida del impuesto de inmuebles en todos los municipios. Los recortes presupuestarios también se traducen en quejas por la recogida de basuras, la mala conservación del pavimento o carencias en residencias de mayores.

Sin papeles por falta de tinta > Domingo y Almudena sufrieron en primera persona la falta de medios de los registros civiles: el de Navalcarnero no les expedía el certificado de defunción de su hijo por falta de tinta.

Grietas sobre la línea 7 de Metro > Seis edificios de San Fernando de Henares situados sobre el metro se agrietaron tras la construcción del túnel, que la Comunidad de Madrid tuvo que remodelar.

Un piso demasiado caro > Raquel rechazó un piso protegido que le había sido adjudicado en Alcorcón al no poder pagarlo. Su caso era uno entre cientos.

Peligro de caídas en Madrid Río > El Ayuntamiento de Marid reformó la ribera del Manzanares con kilómetros de sendas, pero en algunas zonas olvidaron poner suficientes barreras de protección. Los vecinos lo denunciaron y el Defensor pidió más seguridad.

¿Qué es? El art. 54 de la Constitución establece la figura del Defensor del Pueblo, con la misión de defender los derechos del ciudadano y vigilar a la Administración.

Competencias.  El Defensor puede intervenir cuando la queja se refiera a la labor de alguna administración pública. No puede investigar asuntos entre particulares, que vengan de una denuncia anónima o estén en juicio. Debe haber pasado menos de un año.

¿Dónde quejarse?  La web www.defensordelpueblo.es permite remitir la queja vía on line. Cualquier persona física o jurídica puede solicitar la intervención, sin ningún tipo de excepción.

Dinos tu queja a la Administración. Escríbenos a zona20@20minutos.es