El 90% del mercado de calificación de riesgo, en manos de solo tres agencias

  • Moody's, Standard & Poor's y Fitch acaparan el 90% del mercado de calificación de riesgo, un hecho que ha generado todo tipo de debates.
  • Las calificaciones de estas agencias son solo opiniones, pero el sistema financiero mundial es muy sensible a sus valoraciones.
  • No supieron anticipar la crisis que comenzó en 2008, cuando bendijeron las cuentas griegas o certificaron la solvencia de Lehman Brothers.
Imágen corporativa de Moody's en las oficinas centrales de la agencia en Nueva York (Estados Unidos).
Imágen corporativa de Moody's en las oficinas centrales de la agencia en Nueva York (Estados Unidos).
Andrew Gombert / EFE
Imágen corporativa de Moody's en las oficinas centrales de la agencia en Nueva York (Estados Unidos).

El 90% del mercado de las agencias de calificación, también llamadas de "rating", está en manos de tres firmas estadounidenses: Moody's, Standard & Poor's (S&P) y Fitch, todas ellas con sede central en Nueva York.

Estas compañías se encargan de valorar el riesgo que supone invertir en empresas emisoras de valores y en deuda pública de países de acuerdo con su situación financiera. Este virtual oligopolio les confiere un gran poder, puesto que los informes que emiten tienen una gran repercusión en los mercados.

Las agencias de calificación empezaron a funcionar como tales a principios del siglo pasado, con el objetivo de facilitar información de las emisiones de obligaciones de las compañías de ferrocarriles de Estados Unidos.

Esta necesidad fue creciendo a medida que lo hacían los mercados financieros y aumentaba la importancia para el emisor de disponer de información independiente sobre la solvencia de las empresas emisoras de títulos y también de la deuda pública emitida por los estados.

Aunque cada agencia tiene su propio sistema, con diferentes matices, las calificaciones se realizan con códigos de letras, que van desde la triple A (AAA), la mejor nota que indica una solvencia muy alta de la deuda emitida, a la C o la D (dependiendo de la agencia), que señala la escasa capacidad del organismo emisor para reembolsar su deuda o incluso su insolvencia.

Estas calificaciones son meras opiniones, pero el hecho de que el sistema financiero mundial sea tan sensible a sus vaticinios y que el futuro de empresas y países esté a menudo pendiente de sus valoraciones, ha abierto un debate sobre ellas.

La critica más extendida hacia estas agencias ha sido su incapacidad para anticipar la crisis que comenzó en 2008, ya que, entre sus más sonados errores, bendijeron las cuentas griegas o las hipotecas basura en EE UU y certificaron la solvencia del banco de inversión Lehman Brothers pocos días antes de su quiebra.

Tampoco supieron prever la bancarrota de Enron, el gigante de la energía estadounidense, en 2001, o la de WorldCom, la segunda compañía de telecomunicaciones estadounidense, en 2002.

Las agencias de calificación han sido acusadas de falta de transparencia y de objetividad, por estar a veces estrechamente vinculadas con las mismas compañías a las que después evalúan.

De hecho sus ingresos proceden principalmente de lo que les pagan las empresas por sus evaluaciones, aunque las compañías tienen la potestad de no hacer pública la valoración que han recibido.

En noviembre de 2011 la Comisión Europea presentó una serie de medidas para limitar el poder de las agencias y llegó a plantearse la prohibición de publicar informes sobre países en crisis, aunque finalmente desistió de esta idea.

Tampoco se ha decidido poner en marcha una Agencia Europea de Calificación de Riesgo, que costaría entre 300 y 500 millones de euros durante cinco años y cuya credibilidad podría ser puesta en duda si calificara a los estados que la financian.

Moody's

Fundada en 1900 en Estados Unidos, Moody's Investors Service cuenta con 6.400 empleados y oficinas en 28 países. En 2011 obtuvo 2.300 millones de dólares de ingresos operativos. Cubre más de 110 países y evalúa 11.000 emisores corporativos, 22.000 emisores de finanzas públicas y 90.000 obligaciones de finanzas estructuradas. Las evaluaciones de Moody's están basadas en información que la compañía considera fiable.

Moody's cubre a los emisores españoles desde 1987, cuando calificó al antiguo Banco Central, pero no abrió oficinas en Madrid hasta 1993, tras la aprobación de la Ley sobre Fondos de Titulización Hipotecaria en España.

Actualmente califica en España a 24 empresas, 39 entidades financieras, 15 gobiernos (central, regionales y locales) y tres compañías de seguros.

Standard & Poor's (S&P)

Sus orígenes se remontan a 1919, con la creación de Poor's Publishing, que calificaba bonos de empresas. Poor's Publising se fusionó en 1941 con la compañía de calificación Standard Statistics, que dio lugar a la actual S&P.

Standard & Poor's comenzó calificando bonos empresariales hasta principios de los años 50, en que empezó a evaluar bonos de gobiernos estatales y locales de Estados Unidos.

Desde 1966 es propiedad del grupo McGraw-Hill, una compañía editorial fundada en 1988 que opera en el ámbito financiero y educativo. Cuenta con oficinas en 23 países. Obtuvo 2.900 millones de dólares de ingresos operativos en el año fiscal 2010.

Fitch

Fitch Ratings forma parte del grupo Fitch, propiedad de Hearst Corporation y Fimalac. Cuenta con una red de 50 oficinas y cerca de 2.000 profesionales, con acuerdos comerciales en más de 150 países.

Actualmente califica a más de 1.200 emisores corporativos y a 89 países, además de auditar mas de 45.000 transacciones municipales.

Su origen se remonta a 1913, con la fundación en Nueva York de Fitch Publishing Company, que proveía de estadísticas financieras a la comunidad de inversores a través de varias publicaciones. En 1975 se convirtió en una de las tres primeras agencias de calificación, junto a Moody's y S&P, y en 1997 se fusionó con la británica IBCA. Se estableció en España en 1992.

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