Detectan casi dos kilos de hachís dentro de una celda de Fontcalent

Interior investiga si algún funcionario está implicado. Ha interrogado a presos, familiares y personal. Es el segundo mayor alijo encontrado en centros penitenciarios en España
Que hay droga en la cárcel es algo que admiten jueces, internos y el propio Ministerio de Interior. Pero la pregunta es cómo entra en prisión. Eso es, precisamente, lo que está investigando en este momento Instituciones Penitenciarias dentro de la prisión de Fontcalent.

Hace un mes, los funcionarios del módulo II detectaron nada menos que un kilo y 733 gramos de hachís, sin duda uno de los alijos más importantes encontrado en prisión en los últimos años en España (el mayor,  en San Sebastián, dos kilos), según fuentes de Interior.

El personal de la prisión realizó varios registros rutinarios en algunas celdas el  día 5 de agosto, entre las 20.00 y las 21.00 horas.

En una encontraron ocultos bajo la papelera de un recluso los casi dos kilos de hachís y «una cantidad pequeña» de la misma droga en la estantería de esta celda.

La dirección de la prisión alicantina dio parte tanto al Ministerio de Interior como a la jueza de Vigilancia Penitenciaria para que tomaran las correspondientes medidas, según informaron ayer a 20 minutos fuentes de Instituciones Penitenciarias, (departamento que dirige Mercedes Gallizo). Los responsables de Fontcalent también  han abierto una investigación interna para descubrir cómo entró tal cantidad de droga, por si adoptan medidas disciplinarias.

Las pesquisas se centran en saber si algún interno que haya salido de permiso ha  introducido él solo el hachís (en el cacheo no se detectó).

Desde Instituciones Penitenciarias confirmaron ayer que «no se descarta a nadie» y que por ello se están realizando entrevistas «a todo el mundo» (internos, familiares y personal).

Seis móviles entre rejas hace 2 años

Los problemas de seguridad en Fontcalent ya causaron otros escándalos sonados en el pasado reciente. En enero de 2004, por ejemplo, se localizaron seis teléfonos móviles dentro de la prisión, cuando su uso está totalmente prohibido. Ahora, en agosto, ha sido 1,7 kilos de hachís, una cantidad difícilmente disimulable por su volumen y que tendría un gran valor. Según los entendidos, esta droga multiplica por diez su precio dentro de la cárcel.

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