Nuevos testigos del 'caso Karate' acusan a Baena de incluirlos en tríos y quintetos sexuales

  • Los testigos tuvieron relaciones con los cuatro imputados.
  • Aseguran que veían a Torres Baena "casi como una divinidad".
  • Baena les decía que las felaciones formaban parte del "entrenamiento".
El principal acusado del 'caso Kárate', Fernando Torres Baena.
El principal acusado del 'caso Kárate', Fernando Torres Baena.
Elvira Urquijo / EFe
El principal acusado del 'caso Kárate', Fernando Torres Baena.

Tres testigos del caso Kárate han afirmado este jueves ante la Audiencia de Las Palmas haber formado parte de tríos e incluso quintetos sexuales siendo menores de edad por indicación del principal acusado en este proceso, Fernando Torres Baena, a quien veían "casi como una divinidad".

Estos jóvenes, identificados con los números 26, 22 y 23, han explicado al tribunal en la décima sesión del juicio cómo se iniciaron en el sexo y cómo fueron sus relaciones con los cuatro acusados, en especial con Torres Baena, que para ellos era como una "estrella de fútbol" a la que admiraban.

El testigo número 26 ha señalado que sus primeros contactos sexuales con el principal procesado tuvieron lugar en el baño de su gimnasio, a los 11 años, y ha confesado que, en aquellos momentos, "no sabía lo que estaba haciendo, ni cómo reaccionar".

En esta primera vez, Torres Baena le hizo tocamientos y una felación, hecho que se produjo también en otras ocasiones, tanto en la academia de artes marciales que éste regentaba en Las Palmas de Gran Canaria como en el chalet de la playa de Vargas, a donde llevaba a sus alumnos predilectos.

Este joven asegura que, más adelante, perdió su virginidad con la acusada María José González y que, entre los 12 y 14 años, tuvo relaciones con la imputada Ivonne González. Esos encuentros sexuales, en los que hubo penetraciones anales y vaginales, se produjeron por indicación de Torres Baena, así como las que mantuvo con otros once testigos presentes en esta causa, ha relatado el número 26, quien ha dicho que formó parte de tríos, cuartetos y quintetos en los que intervinieron el principal procesado y las dos acusadas.

Este joven, que ha indicado que está en tratamiento psicológico, ha comentado que, al principio, sentía impotencia porque no sabía si lo que hacía estaba bien o mal, pero como los procesados le hicieron creer que todo eso era "normal", llegó incluso a pensar que su madre sabía lo que pasaba, porque le animaba a ir al chalet de Vargas.

El número 22 ha explicado que con ocho años participó en un "clinic" (cursillo) de fútbol organizado por Torres Baena y que recuerda que, por ese motivo, el principal imputado le llevó a su chalé, donde le inició en el sexo con una felación mientras dormía. Y ha añadido que, ante su reticencia ser él quien hiciera las felaciones, Torres Baena le ponía de ejemplo a otros compañeros que sí las hacían, pues le decía que "era parte del entrenamiento" para poder triunfar en el kárate.

Así mismo, el número 22 ha afirmado que le "machacaba psicológicamente" y que tuvo relaciones con las dos acusadas y con otras cuatro testigos porque le obligaba el principal acusado, quien le echó de Vargas cuando tenía 17 años porque no quiso mantener más. El testigo número 18 ha explicado que Torres Baena trató de enfrentarlo a sus padres, algo que también han relatado otros denunciantes, y que su primera experiencia sexual fue con él, en el altillo del gimnasio, en forma de tocamientos y sexo oral.

Después tuvo relaciones completas con las dos acusadas y con otros seis testigos de la causa en la casa de Vargas, donde había hachís y alcohol, y juguetes sexuales.

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