La fiebre por Klimt en su 150 aniversario llega a Nueva York

  • La Neue Gallery expone cuadros, dibujos y fotos del artista austriaco.
  • Entre las piezas están los bocetos de algunas obras polémicas que fueron destruidas por los nazis.
  • La galería ha preparado para la antología una 'tarta Klimt' que se puede consumir en la cafetería.
Retrato de Adele Bloch-Bauer, una dama de familia de banqueros que fue amante de Gustav Klimt
Retrato de Adele Bloch-Bauer, una dama de familia de banqueros que fue amante de Gustav Klimt
Neue Galerie New York. Estates of Ferdinand and Adele Bloch-Bauer
Retrato de Adele Bloch-Bauer, una dama de familia de banqueros que fue amante de Gustav Klimt

La renacida pasión por Gustav Klimt (1862-1918), de cuyo nacimiento se celebra este año el 150º aniversario, ha llegado a Nueva York. La Neue Gallery, el museo de la ciudad especializado en arte alemán y austriaco, celebra una ambiciosa exposición de cuadros, dibujos, bocetos y fotos del artista.

Gustav Klimt:  150th Anniversary Celebration (Gustav Klimt: una conmemoración del 150º aniversario), que se inaguró el 24 de mayo y permanecerá abierta hasta el 27 de agosto, quiere unirse a los varios museos de Viena que exhiben obras del artista.

Chocolate y avellanas

La pinacoteca neoyorquina ha sacado de su colección permanente algunas obras mayores, ha reunido otras muchas en manos de particulares y ha añadido curiosos anzuelos muy estadounidenses para atraer visitantes, como una Klimttorte (tarta Klimt), de chocolate y avellanas, que se puede degustar en el Café Sabarsky del museo (9 dólares la porción, unos 7,2 euros).

Entre los cuadros más conocidos que forman parte de la muestra destacan Bleiches Gesicht (Rostro pálido, 1903), Adele Bloch-Bauer I (1907), Der Schwarze Federhut (El sombrero con pluma negra, 1910) y la obra tardía Die Tänzerin (La bailarina, 1916-18).

Emile Flöge

También hay una amplia colección de fotos muy poco difundidas del artista y su amante y compañera, la diseñadora de moda Emilie Flöge, y dibujos de proyectos controvertidos y polémicos que despertaron un alto grado de escándalo en la conservadora burguesía vienesa, que los tildaba de pornográficos.

Los bocetos más notables son los que corresponden a los grandes óleos del aula magna de la nueva Universidad de Viena. Tras la polémica, Klimt decidió no dedicarse a las obras públicas y concentrarse en su papel de retratista, sobre todo de mujeres.

Los cuadros para la universidad tuvieron un futuro aciago. Fueron incautados por los nazis y destruidos por éstos poco antes del final de la II Guerra Mundial.

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