El Banco de España considera que una posible subida del IVA, junto con una reducción de las contribuciones a la Seguridad Social, sería una medida "de impacto limitado" y puede resultar "contraproducente" dadas las necesidades de reequilibrio del sector público.

Así consta en el informe anual del organismo supervisor, que también señala que la recuperación del crecimiento pasa por el impulso de la demanda exterior mediante el abaratamiento de las exportaciones, que puede llegar con un cambio en la composición de los ingresos tributarios.

El Banco de España advierte, además, de que la senda de consolidación fiscal fijada por la UE hace aflorar el riesgo de que los gobiernos europeos puedan "sucumbir a una cierta fatiga reformadora". El organismo supervisor pone el ejemplo de Grecia, cuyo rescate, "largo y accidentando", da una idea "vívida" de las dificultades que entrañan estos procesos y de los costes que conlleva no superarlas con rapidez y eficacia.

Para superar el escenario de tensión, la entidad dice que hay que actuar en tres ámbitos: el de las política nacionales, el de la gobernanza europea y el de la política monetaria. Respecto a este último, defiende que corresponde al Banco Central Europeo (BCE) contribuir al alivio de las tensiones financieras mediante una política eficaz de suministro de liquidez.

El Banco de España considera "apremiante", además, un "replanteamiento global" de las políticas activas de empleo con el objetivo de que se aumenten los incentivos para la búsqueda activa de un puesto de trabajo.

Estas políticas, que son competencia de las comunidades autónomas, han de ir encaminadas a facilitar la formación, la inserción y la orientación laboral de los desempleados y de los trabajadores en riesgo de perder su empleo.

Junto a estas demandas, el Banco de España ensalza de la reforma laboral que incluye medidas que "facilitan" el ajuste de salario y proporciona a las empresas instrumentos más amplios para gestionar la organización de su fuerza de trabajo.

Además, valora que se haya acabado con las "limitaciones" que imponían los contratos de trabajo o convenios colectivos de ámbito superior a la empresa y que el coste del despido se sitúe en los niveles de otros países europeos.

Para el supervisor es "especialmente preocupante" el paro de larga duración porque conlleva una pérdida de productividad que dificulta la salida del paro.

El Banco de España logró un beneficio neto de 2.400 millones de euros en 2011, inferior en un 6,6 % a los 2.750 millones que ganó en 2010, cifra que también fue más baja que la del año anterior, cuando cayó por primera vez desde 2006, antes de comenzar la crisis.

El gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha reconocido que la entidad supervisora ha podido equivocarse en ocasiones, pero ha defendido que las decisiones tomadas han estado siempre basadas en criterios "exclusivamente profesionales".

Ordóñez, que abandonará el cargo este fin de semana, obtuvo el año pasado un salario bruto de 176.000 euros, una cifra que está por debajo de la que cobró su "número dos", Javier Aríztegui, que ganó 199.000 euros. Fuentes del banco han atribuido esta diferencia a los complementos que ha percibido el subgobernador, que cuenta con una mayor antigüedad en la institución.

Son salarios que, según fuentes financieras, se colocan en la horquilla baja de otros gobernadores del Eurosistema, dado que el máximo responsable del Banco de Italia percibe un salario anual de 750.000 euros, y el de Austria, por ejemplo, 285.000 euros al año.