Doscientos 'indignados' decidieron la madrugada del domingo 13 de mayo permanecer en Sol horas después de la multitudinaria concentración que se celebró en el epicentro del 15-M para celebrar el aniversario del movimiento. Decenas de agentes de la Policía Nacional accedieron a la plaza alrededor de las cinco de la mañana y en una acción coordinada dispersaron a los manifestantes.

El balance fue de 18 personas detenidas y 2 heridos. Antonio Navia había fotografiado la acción para una agencia internacional y regresaba a casa. Sin embargo, el último disparo a un grupo de jóvenes detenidos y custodiados por la Policía cambió su rumbo. Un agente le exigió que borrase la fotografía. Navia alegó que era parte de su trabajo fotográfico, y 60 segundos después estaba, según relata, en el suelo, con una rodilla en su espalda y grilletes en las muñecas.

"El policía me redujo y me preguntó si pertenecía a la CNT o a 'alguna mierda de esas'. Le dije que trabajaba para agencias y me dijo que ya era demasiado tarde". La Policía trasladó al grupo de detenidos en un furgón policial hasta la comisaría de Moratalaz. Después de un par de horas esposados, en vertical y contra la pared, los enviaron a los calabozos. "Solo entonces nos quitaron los grilletes. La noche fue un infierno. Nos despertaban cada tres horas y era imposible descansar".

La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid, Carmen Valcarce, decretó su libertad con cargos el domingo por la tarde. "La Policía había ignorado que era fotógrafo y estuve casi 40 horas en prisión". relata Navia.

Se le acusa de desobediencia, atentado a la autoridad, resistencia y lesiones al agente. "El informe del policía es una auténtica barbaridad. Está repleto de mentiras, así que intentaré demostrar la verdad por la vía legal". Navia se ha puesto en contacto con abogados de la Comisión Legal de Sol y pedirá asesoramiento al sindicato de fotógrafos al que pertenece.

El parte policial no recoge contusiones, pero el informe de Urgencias —acudió al hospital al salir de los juzgados— destaca hematomas torácicos y magulladuras en los brazos, la espalda y las muñecas. El fotógrafo madrileño denuncia también haber sido testigo de maltrato psíquico a dos de las jóvenes detenidas:  "A una le quitaron el sujetador para evitar un hipotético suicidio y a otra la goma de la falda por el mismo motivo, así que no sabía cómo sujetarla para que no se le cayese. Fue humillante".

La Policía le entregó su cámara a la salida y la última fotografía en pantalla era la que había provocado la detención. "Pensé que me habrían borrado la memoria, pero estaba intacta. De todas formas, cuando la Policía te impide realizar tu trabajo, algo no funciona".

El informe La tortura en el Estado español en el año 2011, de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura (CPDT), refleja que 853 personas (frente a las 540 de 2010) denunciaron agresiones o malos tratos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o funcionarios de prisiones. Es de destacar el incremento con respecto a 2010 en las denuncias derivadas de movilizaciones sociales, pasando de 200 a 433. De las 433 denuncias, 246 están directa o indirectamente relacionadas con el 15-M.