Joaquin Phoenix podría haber sido Batman en la película de Darren Aronofsky que nunca existió

Pocos superhéroes motivan tantos modos distintos de representación como Batman. El Hombre Murciélago de DC es tan susceptible de representar la oscuridad del ser humano como de convertirse en un adalid colorido de la frivolidad (así lo demostró la serie de los 60 con Adam West). El cine, salvo en contadas excepciones, ha solido decantarse por la primera faceta.

En el año 2000, Warner quería un Batman siniestro y adulto, y el prometedor Darren Aronofsky parecía poder dárselo después de triunfar con Réquiem por un sueño. El cineasta tenía la idea de adaptar Batman: Año Uno e incluso había conseguido convencer a Frank Miller de que escribiera el guion con él, pero acabó topándose con las injerencias del estudio a causa de su candidato para encarnar a Bruce Wayne.

Según Aronofsky ha revelado recientemente en una entrevista con Empire, su Batman no pudo salir adelante porque quería que Joaquin Phoenix lo interpretara, y Warner no lo veía claro. "El estudio quería a Freddie Prinze Jr. y yo quería a Joaquin Phoenix. Recuerdo pensar ' estamos haciendo dos películas diferentes aquí'. Eran tiempos distintos. Y el Batman que yo escribí era definitivamente muy diferente al que acabaron haciendo".

El "que acabaron haciendo" fue Batman Begins de Christopher Nolan, clave para dar una lectura adulta del personaje en términos cinematográficos pero acaso más ligero que lo que Aronofsky había pensado, capaz incluso de asustar a un tipo como Miller. "El Batman que habíamos tenido justo antes era Batman & Robin, el de los pezones en el battraje, así que quería alejarme de ahí y reinventarlo. Ahí es donde fue mi cabeza".

Joaquin Phoenix llegaría finalmente al mundo de Batman gracias a la celebrada Joker, y hoy día sorprende lo mucho que se parece su planteamiento al de la película nunca realizada de Aronofsky. Y es que el director tenía intención de inspirarse en thrillers de los años 70 como Taxi Driver, El justiciero de la ciudad o The French Connection mientras rodaba en Nueva York y Detroit en lugar de construir Gotham.

Decisiones similares a las que luego tomaría Todd Phillips (convirtiendo su Joker incluso en una revisión de Taxi Driver) y que hacen pensar en la Batman de Aronofsky como en una semilla que tardaría en germinar cerca de 20 años.