Nunca ha habido más espacio para el peatón en la capital, pero se encuentra cada día en peor estado. El Ayuntamiento de Madrid se vanagloria de haber aumentado las aceras para el transeúnte un 26% desde 2006 solo en el centro, al pasar de 10,3 a 14 hectáreas.

Sin embargo, estas peatonalizaciones (Fuencarral, Callao..., que han costado en total más de 14 millones de euros) muestran múltiples desperfectos: baldosas sueltas, señales ilegibles, socavones, pavimentos hundidos..., los cuales no se arreglan, en algunos casos, desde hace por lo menos un año, según critican asociaciones de vecinos y comerciantes e ingenieros de obras públicas.

La razón de estas desperfectos estriba de la escasez de presupuesto para el mantenimiento de las calles, el cual, en el primer plan de ajustes adicionales de Ana Botella (presentado a finales de marzo), se recortó en 1,5 millones de euros (la inversión total, tanto para asfaltado como para conservación de vías públicas, era de 19,6 millones de euros. Ahora se queda en 18, 1 millones, un 7,6% menos).

Antes, al elebaorar sus últimos presupuestos como alcalde, Alberto-Ruiz Gallardón ya había reducido en un 40% el presupuesto para reparaciones.

Los desperfectos son visibles en las grandes peatonalizaciones ejecutadas en los últimos años por el Consistorio en el centro, como en la calle Fuencarral (las obras acabaron en 2009 y costaron 2,7 millones de euros), donde se ven grietas en las aceras de calles adyacentes. También en Sol, Montera y Arenal (que costaron 6,41 millones de euros entre las tres), donde hay baldosas sueltas y pavimentos hundidos, y hasta en Callao, con mobiliario urbano roto y envejecido.

"Todos estos recortes han hecho que los desperfectos que antes se arreglaban inmediatamente ahora se dilaten mucho más. Eso provoca que vendamos menos, indudablemente", explica Florencio Delgado, presidente de la Asociación de Comerciantes de Centro.

La situación es extensible a todos los barrios (Chamberí, Arganzuela...), sobre todo los periféricos: "La falta de dinero ha agudizado el problema, pero esto no es nuevo. Hace años, la gestión de aceras y carreteras se centralizó. Ya no lo llevan las Juntas de Distrito. La consecuencia es que los pequeños desperfectos pasan más inadvertidos, sobre todo los que están en barrios más alejados del centro. Por eso hay suelos sin arreglar desde el principio de los tiempos", explica un técnico del Colegio de Ingenieros de Obras Públicas.

"Hay aceras que llevan sin renovarse desde hace al menos un año, con socavones que llegan hasta las rodillas", asegura un portavoz de la Asociación de Vecinos de Aluche, que pone como ejemplo las escaleras del parque de distrito, "hundidas y sin vallas". En el distrito de Orcasitas no están mejor: "En lo que llevamos de año, no he visto ni un solo técnico", asegura Piedad Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Orcasur.

El deficiente estado de las aceras también se puede comprobar en La Guindalera (Salamanca). Aparte del "lamentable" estado de sus aceras, "estrechas e inclinadas", tal y como asegura su portavoz vecinal, José Arroyo, están las demoras del Consistorio: "Cuando se avisa de alguna grieta o de una rotura, nunca viene nadie a comprobarlo. Se deja estar ahí y punto", asegura.

El Gobierno local asegura que cualquier ciudadano puede comunicar un desperfecto o deterioro del pavimento de una carretera o de una vía peatonal llamando al 010.

Si la rotura es urgente (solo afecta a la superficie, es menor de 3 metros cuadrados de extensión y reviste peligrosidad) se tratará para su resolución en 72 horas a partir de que la contrata responsable del servicio de conservación reciba la comunicación. Los arreglos también incluyen alumbrado público, bocas de riego y mobiliario urbano.

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