Baile hasta el amanecer en el Sonorama, con rock... y vino

La novena edición del Sonorama, un festival de música que cada año revoluciona la población burgalesa de Aranda de Duero, reunió a esta vez a más de 15.000 personas que disfrutaron de un fin de semana con música de la buena y vino de la tierra. ¿Has estado? Cuéntanos cuál fue para ti el mejor concierto en los comentarios .
Yeah Yeah Yeahs, durante su actuación (fotos: D. Casado).
Yeah Yeah Yeahs, durante su actuación (fotos: D. Casado).
Diego Casado
Yeah Yeah Yeahs, durante su actuación (fotos: D. Casado).

El éxito de un festival se puede medir por el nivel de sus conciertos, por el número de asistentes o por la calidad de sus instalaciones. En este caso, Sonorama aprobaría con nota los dos primeros aspectos, y pasaría justo el tercero.

Ahora bien, si nos fijamos en lo que de verdad importa, es decir, en lo que disfrutan los festivaleros durante el fin de semana, el sobresaliente está garantizado.

Porque a un festival se va a escuchar buena música y a divertirse. Y eso era seguro este año con muchas y buenas bandas como Yeah Yeah Yeahs, The Rentals, Ok Go o Asian Dub Foundation, que hacen de sus actuaciones en directo su mejor (y más entretenida) carta de presentación.

Viernes tormentoso

La primera jornada empezó lluviosa (hubo tormentas durante toda la tarde) y con buena música nacional a cargo de los sevillanos Maga y de Nacho Vegas y sus Esferas Invisibles.

La cada vez mayor presencia de grupos internacionales en el festival ha hecho que estas formaciones, que podrían actuar de cabezas de cartel en cualquier otro evento, se vean relegados a horarios más tempranos. Un mal menor que aceptaron con gusto.

Luego llegó el ex Pirata Iván Ferreiro y, tras el gallego, el primer grupo-espectáculo de la noche: Ok Go.

Los de Estocolmo levantaron las palmas de los presentes con su rock de corte británico durante un concierto en el que hubo tiempo para las versiones (de Pixies y de Electric Light Orchestra) y para su previsible pero espectacular baile final.

Pero el gran momento de la noche llegó con Yeah Yeah Yeahs y su propuesta de punk garaje descarnado.

La banda de Nueva York, encabezada por su polifacética cantante, demostró que van sobrados de actitud e intensidad y, de paso, dejó el que posiblemente fue el mejor concierto del festival.

Pero la velada no acabó ahí. Todavía quedaba la tradicional presencia latinoamericana de este año (otras ediciones estuvieron en el Sonorama Molotov, Volován o Andy Chango), a cargo de los imprevisibles Babasónicos.

Y más música nacional, con Standstill (que presentaron canciones de su próximo disco, a punto de editarse) y de Humbert Humbert, ya en la carpa de música electrónica, en la que la fiesta se alargó hasta bien entrado el día con las sesiones de Dj Amable y de Puto Amo Dj.

El sábado, más música... y vino de la Ribera

La tradición del Sonorama dice que el sábado por la mañana hay que despertarse pronto y acudir de visita a las bodegas del centro de Aranda, un acto que la organización ofrece gratuitamente cada año a los asistentes al festival.

Fue lo que hicieron cientos de jóvenes (por el festival se han pasado 14.000, según la organización), que tuvieron la ocasión de reponer fuerzas de la noche anterior y preparar la siguiente con el mejor combustible: abundante Ribera del Duero, acompañado por chorizo y morcilla de la tierra.

Ya por la tarde, abrieron juego en el escenario Marlene Santa y los granadinos Lori Meyers, todavía con muchos festivaleros volviendo de la fiesta que por la tarde había tenido lugar en las piscinas municipales.

Luego llegaron La Buena Vida con sus ritmos y su pop tranquilo, que tuvo buena cogida en un festival en el que predominaron este año los sonidos rock.

En contraposición, los británicos The Rentals desperezaron a los asistentes con un pop fresco y un cantante hiperactivo, que rápidamente contagió su energía al público.

Era el preludio de uno de los dos platos fuertes de la noche: Radio4, otra banda de Nueva York que, si bien no alcanzó las cotas de sus paisanos del día anterior, sí que lograron levantar al público con sus ingeniosos riffs de guitarra rockeros.

El otro gran concierto fue el de Asian Dub Foundation, una banda con residencia en Londres pero que reclama el mundo como su patria. Su sonido funk, dub, rap y rock -todo al mismo tiempo y a un ritmo frenético- puso literalmente patas arriba el Sonorama y dejó en los asistentes un gran sabor de boca y las piernas doloridas de tanto bailar.

El festival se se cerró con los donostiarras Delorean, en un corto concierto, y en la carpa electrónica con Dorian y los djs que les siguieron, y que pusieron la música necesaria para llegar al final de la noche y comenzar el día bajo el sol arandino.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento