Joan Vila se ha pasado más de media vida mirando al cielo. "Antes no había GPS ni ningún sistema de posicionamiento por satélite. Lo hacíamos todo manual, anotando cada dos horas nuestra posición. Las estrellas eran nuestras herramientas de trabajo. También eran de gran ayuda, cerca de la costa, los faros", asegura este ingeniero barcelonés con medio siglo de historia, considerado el mejor navegante del mundo.

"Ahora todo es distinto. Las nuevas tecnologías han revolucionado el mundo de la navegación", añade Vila, que a principios de año dio la vuelta al mundo en 45 días, 13 horas, 42 minutos y 53 segundos, estableciendo un nuevo récord y conquistando el trofeo Julio Verne. El catalán, único español que lo ha conseguido, lo hizo en el impresionante trimarán francés Banque Populaire V junto a otros 13 tripulantes, al más puro estilo Phileas Fogg, el personaje que retrató el propio Julio Verne en su novela La vuelta al mundo en 80 días.

"Me siento muy afortunado, pero el mérito lo tiene el equipo. He estado rodeado de los mejores", dice Vila, quien explica cuál ha sido exactamente su labor: "Mi trabajo consiste en calcular la ruta óptima, la más veloz para lograr el récord y las distintas opciones estratégicas. Soy como el GPS del barco. Pero antes trabajé para saber qué día era el mejor para salir. Fue una labor de meses, ya que si las condiciones meteorológicas de la salida no son favorables, por mucho que intentes recuperar es imposible lograr el récord". Para el navegante español, lo más duro es "coger el ritmo del sueño con tantas guardias", y afirma que lo primero que hizo al pisar tierra fue "pegarme una buena ducha y tomar una buena comida. Estuve 45 días vestido casi con la misma ropa".

El entrenamiento para este tipo de pruebas también es exigente: "En el apartado físico se suelen hacer ejercicios para la musculatura. Con la embarcación, participamos en regatas cortas donde soportas mucha presión y nos vamos marcando pequeños récords".

Es la quinta vez que Joan Vila ha dado la vuelta al mundo, y le ha sorprendido mucho el estado  del planeta. "Nunca he visto tanto hielo desprendido de la Antártida como en esta ocasión. No sé si tiene algo que ver con el cambio climático o no. También encontramos icebergs muy al norte que nos obligaron  a desviarnos de la mejor ruta", cuenta el catalán, quien comenta que "los océanos del sur no están contaminados". En su trayectoria ha pasado por muchos momentos de tensión: "He sufrido desde temporales hasta icebergs que te pueden hundir el barco en segundos. Pero lo más angustioso fue cuando un tripulante se cayó al agua en el Fortuna Extra Lights. Menos mal que logramos rescatarle", recuerda Vila, un marino que vive al límite. Un hombre en constante desafío con Neptuno.

Joan Vila comenzó su idilio con el mar a los ocho años y se ha convertido en un verdadero coleccionista de títulos. Entre sus trofeos más importantes destacan la Volvo Ocean Race (2001-2002) –es el único español que ha ganado esta exigente competición– y la Copa América (con el Alinghi suizo en 2003 y 2007). "No me considero el mejor. Ningún título lo dice", mantiene el catalán, quien añade: "Me conformo con el reconocimiento de las personas del mundo de la vela".