Una treintena de dotaciones de Bomberos siguen remojando la zona quemada en Rasquera

Dos bomberos observan los efectos del incendio declarado en Rasquera (Tarragona), que afecta ya a unas 3.000 hectáreas.
Dos bomberos observan los efectos del incendio declarado en Rasquera (Tarragona), que afecta ya a unas 3.000 hectáreas.
Jaume Sellart / EFE
Dos bomberos observan los efectos del incendio declarado en Rasquera (Tarragona), que afecta ya a unas 3.000 hectáreas.

Una treintena de dotaciones de los Bomberos de la Generalitat catalana continúan trabajando en la zona afectada por el fuego que ha alcanzado a los municipios tarraconenses de Rasquera, El Perelló, Benifallet y Tivenys, informa el departamento de Interior.

El fuego entró en fase de control este jueves a las 19.00 horas y fue completamente controlado a las 22.00 horas. De acuerdo con la evolución favorable de la situación, los Bomberos han ido retirando progresivamente efectivos del dispositivo de extinción.

Así, los vehículos de otras Regiones de Emergencia han vuelto a su zona, y a estas horas hay una treintena de dotaciones de los Bomberos de la Generalitat trabajando en el interior de la superficie quemada. La tarea principal consiste en remojar bien toda la superficie y así asegurar que no se reavive. Los miembros del Grupo de Actuaciones Forestales (GRAF) continúan este viernes realizando tareas de extinción manuales en las zonas más difíciles y complicadas.

Con las primeras luces del día se han añadido al dispositivo de extinción dos helicópteros, uno de ellos de mando, y está prevista la incorporación de otro medio aéreo de los Bomberos de la Generalitat, así como del helicóptero Kamov cedido por la Comunidad Valenciana, una vez solucionados los problemas técnicos que no le permitieron trabajar ayer. Con respecto al helicóptero Súper-Puma de la Unidad Militar de Emergencias (UME), todavía está pendiente de decidir si se incorpora al operativo o puede volver a su base.

Según los datos provisionales facilitadas por el Cuerpo de Agentes Rurales, el fuego ha afectado 3.081,59 Ha de los términos municipales de Rasquera (1.370,57 Ha), El Perelló (1.248,79 Ha), Tivenys (462,12 Ha) y Benifallet (0,1 Ha). Este jueves por la noche, y una vez garantizada su seguridad, todos los vecinos desalojados como medida preventiva pudieron volver a sus casas.

Asimismo, la carretera TV3002 se reabrió a la circulación. El Centro de Mando de Bomberos continúa en la zona para gestionar los movimientos y las actuaciones de los vehículos de los Bomberos y coordinar los mandos y las comunicaciones. La dirección general de Protección Civil (DGPC) mantiene la fase de alerta del plan especial de emergencias por incendios forestales de Cataluña (Infocat).

La niebla impide las tareas de extinción

Además, la niebla ha impedido a los medios aéreos sumarse a las tareas de extinción del incendio de Rasquera, ha informado el jefe de los Bomberos de la Región del Ebro, Fèlix González. El jefe de esta región se ha mostrado optimista en apagar pronto el fuego, ya que "el viento sopla moderado de mistral, y la temperatura es de entre 15 y 18 grados", por lo que se dan condiciones "favorables" para el control. A su juicio, la evolución es buena y los trabajos de control seguirán durante todo el día y también, con menos recursos, durante la noche.

Daños incalculables

El alcalde de Rasquera, Bernat Pellisa, ha lamentado que los daños del incendio seann "incalculables" para cultivos, pastos y el turismo de paisaje. Pellisa ha resaltado que los vecinos del municipio están "en estado de shock" al ver las consecuencias de lo ocurrido y que ahora les queda volver a empezar y rehacer el paisaje afectado.

Ha argumentado que si bien se trata del quinto incendio del siglo en Rasquera y que históricamente se han vivido fuegos muy potentes, el comportamiento de este último ha sido "super violento, extraordinario".  "Nos ha cogido a todos por sorpresa", ha admitido Pellisa, ya que un incendio de estas características, que avanzaba la primera noche a más de cuatro kilómetros por hora, no lo esperaban en primavera, es más propio de los meses veraniegos, ha indicado. Si bien ha asegurado que en ningún momento han tenido la sensación de que el fuego amenazaba directamente el núcleo urbano, la primera noche "hubo pánico, mucho miedo".

Ha explicado que este viernes están empezando a analizar de forma pormenorizada las consecuencias del fuego para poder ayudar a los vecinos afectados y hacer de intermediarios con la Generalitat, que ha demostrado "su predisposición a ayudar". Por ahora, están tratando de buscar nuevos pastos para las 1.200 cabezas de cabra blanca, aunque el alcalde ha asegurado que lo harán con "calma porque tienen días de margen".

Han resultado afectados por las llamas varios campos de olivos y muchas instalaciones de riego, así como alguna masía que ha tenido alguna "pequeña afectación".

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