Cordón de seguridad a 200 indignados tras 11 horas de cacerolada en Barcelona

  • Es en la sucursal de La Caixa que está en la Avenida Diagonal de Barcelona.
  • Medio centenar de antidisturbios de los Mossos han rodeado a los indignados.
  • Miembros del 15-M han pernoctado en las inmediaciones de la entidad bancaria.
Cacerolada indignada ante la sede central de La Caixa en Barcelona.
Cacerolada indignada ante la sede central de La Caixa en Barcelona.
ACN
Cacerolada indignada ante la sede central de La Caixa en Barcelona.

Medio centenar de antidisturbios de los Mossos d'Esquadra han rodeado a las 19.00 horas de este miércoles a los cerca de 200 indignados que prosiguen con la cacerolada ininterrumpida que llevan a cabo desde las ocho de la mañana ante la sede de La Caixa en la Diagonal de Barcelona, para evitar que corten el tráfico.

Este perímetro policial, del que se puede entrar y salir, es el primer movimiento que han llevado a cabo los Mossos d'Esquadra que llevan todo el día vigilando la zona, rodeando todo el perímetro de las dos torres de la entidad.

El movimiento de los agentes antidisturbios se ha producido coincidiendo con el momento de mayor presencia de manifestantes, que utilizan toda clase de utensilios metálicos para hacer ruido y animan a los conductores a sumarse a la protesta tocando las bocinas de sus vehículos.

Según han informado  fuentes de la policía catalana, los agentes han desplegado el cordón a la altura de la Diagonal y en la Avenida Carlos III para evitar que, debido a la afluencia de personas, se acabe rebasando la acera y se ocupen ambas vías, que a esa hora seguían abiertas al tráfico.

La protesta del movimiento del 15M se ha ido incrementando a lo largo de la tarde con la incorporación de más ciudadanos que han acudido a la zona al finalizar su jornada laboral o acabar sus clases en la universidad.

Los aproximadamente 200 indignados concentrados este miércoles por la tarde han recibido con silbidos el movimiento de los agentes, que han hecho un doble cordón policial para rodear a todos los manifestantes, aunque el cordón es permeable.

Aunque los manifestantes no han interrumpido en ningún momento el tráfico de la Diagonal, que es intenso a estas horas de la tarde, un vehículo de la Guardia Urbana ha cortado por un momento la circulación total del carril lateral de la Diagonal en dirección norte aunque lo reabierto a los pocos minutos.

A lo largo de la tarde de este miércoles, los agentes también se han intervenido de algunas baquetas de hierro que los indignados utilizaban a modo de cacerolada para golpear las vallas que protegen al edificio de La Caixa, algunas de las cuales han quedado abolladas.

Limpieza de la plaza de Barcelona

Una decena de vehículos de las brigadas municipales de Medio Ambiente se afanan este miércoles en la limpieza de la Plaza de Cataluña, que ha recuperado su aspecto normal, con turistas, transeúntes y palomas, y sin apenas rastro de los cuatro días en que ha sido escenario del "Foro de los Pueblos".

Una veintena de operarios de la limpieza están trabajando desde primera hora de esta mañana en la plaza y sus alrededores. Mientras unos lanzan agua a presión sobre el suelo de la plaza, que desde el sábado día 12 hasta este martes fue el escenario de las asambleas del movimiento de indignados, otros rascan los carteles pegados en las farolas de la plaza.

Unos metros más allá, en la confluencia de la plaza con el Paseo de Gracia, otros dos vehículos se encargan de borrar las numerosas pintadas que adornan una valla protectora de las obras que se están efectuando en el antiguo edificio de Banesto. Con líquidos corrosivos y agua a presión, van desapareciendo poco a poco pintadas que dicen, por ejemplo: Genialidad de Castralunya o BCN neta, polítics a la merda. También limpian dibujos de bombas y símbolos de euros encarcelados.

En los parterres y jardines de la Plaza de Cataluña tampoco queda rastro de las tiendas de campaña que han albergado durante cuatro días a los indignados acampados, y tampoco queda nada de la cama que algunos indignados instalaron en las ramas de los árboles. Los autobuses turísticos, abarrotados de visitantes, han tomado la parte sur de la plaza, mientras que en la norte predominan los viajeros que se dirigen a coger los autobuses hacia el aeropuerto.

La Plaza de Cataluña, que durante cuatro días ha sido una ágora ciudadana, ha recuperado este miércoles su cotidianeidad, sin rastro del hervidero de indignación, ideas y propuestas alternativas que desde el sábado inundó este espacio público, en cuyo centro algún guía turístico "vende" a sus clientes que es un "chacra" de la tierra por donde entra energía telúrica.

Por eso, se ve a algunos guiris que se colocan en el centro de la plaza, cierran los ojos y permanecen allí unos minutos en posición de meditación. Quizá en el aire capten aún algunas de las cientos de voces que la noche del martes alzaron su voz en la asamblea de los indignados que cerró la celebración del primer aniversario de este movimiento.

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