Una espectacular pirámide de cristal de formas asimétricas ampliará en un sesenta por ciento el espacio del museo de arte contemporáneo más visitado del mundo, la Tate Modern de Londres.
"Estamos haciendo esto en primer lugar porque la Tate Modern fue originalmente diseñada para recibir 1,8 millones de visitantes al año y ahora recibe cuatro millones", explicó este martes el director del Grupo Tate, Nicholas Serota, durante la presentación del proyecto.
El proyecto de ampliación, encargado al estudio de arquitectos suizos Herzog & de Meuron, el mismo que creó la Tate Modern sobre los restos de una antigua central eléctrica, cuenta con un presupuesto de 215 millones de libras (unos 322 millones de euros).
De momento, el Grupo Tate sólo tiene comprometidos los siete millones de libras (unos 10,5 millones de euros) que ha aportado el Ayuntamiento de la capital para llevar adelante el proyecto.
"Estoy seguro de que podremos recaudar (todo) el dinero (necesario), en otras ocasiones ha ocurrido así", aseguró el director del Grupo Tate, que engloba cuatro museos en el Reino Unido (Tate Modern, Tate Britain, Tate St Ives y Tate Liverpool).
Una pirámide ambigua
Al contrario que la pirámide existente en el patio del Museo Louvre de París, el edificio proyectado en Londres no es una pirámide entendida en el sentido clásico, sino que está integrada por sucesivos bloques rectangulares que albergarán las diferentes galerías.
"Es una pirámide ambigua, ambivalente, que da lugar a muchas interpretaciones", consideró Jacques Herzog, uno de los arquitectos, que la llegó a definir como "un montón" de cajas.
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